East Rutherford (EE.UU.).- Chile revalidó anoche su título de Copa América al derrotar a Argentina en los penaltis, en un partido duro, intenso y con poco fútbol, casi calcado a la final del año pasado y en el que ambos equipos tuvieron una expulsión en la primera mitad. Francisco Silva anotó el gol decisivo en la tanda de penaltis y dio a la Roja la segunda Copa América de su historia, la segunda seguida, todo un hito que supone una recompensa para la que es, probablemente, la mejor generación de futbolistas de este país. Con su victoria de ayer, Chile redondeó un gran torneo en el que fue de menos a más, que comenzó con derrota ante Argentina y que culminó en forma de dulce revancha. Para Argentina, la derrota es un nuevo varapalo, un nuevo gesto cruel del destino, la tercera final perdida en tres años, tras la del Mundial de Brasil y la Copa América de Chile, ocasiones en las que la gloria también le fue esquiva en una prórroga agónica y en los penaltis. Son tres finales seguidas, con sus correspondientes alargues, en la que la Argentina de Messi no ve puerta, hoy en un partido muy discreto de sus tres delanteros. Lionel Messi, siempre vigilado de cerca por varios defensas rivales, estuvo alejado del área chilena, Higuaín falló de forma estrepitosa.