EFE 
Pekín. China va a acelerar una serie de reformas piloto para conceder a los agricultores más derechos de propiedad de la tierra con el objetivo final de impulsar la pretendida urbanización del país, informa hoy la agencia Xinhua.
El viceministro de Agricultura, Chen Xiaohua, en una entrevista al medio oficial, dijo que el plan piloto, recientemente aprobado por las autoridades centrales, explorará diversas formas de propiedad colectiva de la tierra rural “para proteger mejor los intereses de los agricultores».
En la potencia asiática la tierra urbanizable pertenece al estado, y la rural es normalmente propiedad colectiva, aunque si bien los agricultores disponen del derecho a explotarla, no pueden comercializar con ella directamente o hipotecarla, lo cual les ata a ella y frena el flujo migratorio hacia las ciudades.
Además, este escenario pone a los agricultores chinos en una situación muy vulnerable, de forma que el Plenario del Partido Comunista del pasado año abogó por impulsar reformas en este sector que aún no han sido puestas en marcha.
Entonces, el documento aprobado por el Plenario señalaba que el país comunista permitiría a los agricultores poseer, utilizar y beneficiarse de la tierra, además de transferirla, y, en última instancia, transformar los derechos colectivos en un sistema de participación. Chen consideró que la clave es acelerar el registro de los “propietarios” de la tierra, programa que ya comenzó en 2008 y que el país pretende tener desarrollado a nivel nacional para 2015.
Mientras eso ocurre, la potencia asiática permitirá a los agricultores beneficiarse de la tierra, además de heredarla y, “prudentemente”, experimentar con los derechos prestatarios e hipotecarios, añadió. “Dadas las diferencias entre el este, el centro y el oeste de China, las autoridades elegirán varias zonas para desarrollar los proyectos piloto de las reformas con el objetivo de finalizar el trabajo para 2017”, indicó.
El plan de urbanización de China se integra, a su vez, en la intención del Gobierno de vertebrar una clase media que aumente el consumo interno y logre que el crecimiento del país dependa cada vez menos de las inversiones y las exportaciones.
