China es una colmena inmensa

China es una colmena inmensa

Cuando en los días universitarios uasdianos de la década de 1970, llenos de turbulencias e incertidumbres, presenciábamos los apasionados enfrentamientos entre grupos pro-chinos y pro-soviéticos, nunca imaginamos que el territorio más poblado del planeta se convertiría en la segunda economía global y llamada a ser la primera para antes del 2030, así como la República Popular China y la Federación Rusa serían las piezas fundamentales en el sostenimiento de un mundo multipolar, como garantía de una época de equilibrio, conminada al respeto mutuo.
Todavía están en el ambiente los aires del exitoso viaje de Estado del presidente Danilo Medina al gigante asiático, como consecuencia del inicio de las relaciones diplomáticas entre ambos países, desde el pasado 1 de mayo. Además de la oficialización de 18 convenios, en la visita se realizaron los protocolares encuentros de los jefes de Estado y sus equipos técnicos; la actividad más llamativa se llevó a cabo en la ciudad de Shanghai, en la celebración de la Primera Feria Internacional de Importación y Exportación, con más de 3 mil delegaciones procedentes de 132 países. Ahí se encontraba, también, Xi Jinping, presidente de la República Popular China.
En su discurso, el presidente Medina expuso las principales ofertas de nuestro país:
“Los productos dominicanos son reconocidos mundialmente por su calidad, al punto que somos el principal exportador de cigarros hechos a mano, de los primeros en exportación de cacao de altísima calidad, nuestro apreciado ron dominicano, así como de frutas y vegetales tropicales, como la piña, el aguacate y el banano, entre otros.
“Estos y otros productos anualmente son exportados a más de 150 países…”
Luego pasó a caracterizar a su amable tierra anfitriona:
“Hoy día China se ha convertido en un referente de ese intercambio abierto dé esa cooperación y de esa conectividad entre las naciones, que tiene como ejemplo visible el proceso de Apertura y Reforma que ya cumple 4 décadas, y la importante iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda”.
Precisamente, en esa misma ciudad, había estado 49 años antes, en otro noviembre de 1969, el profesor Juan Bosch. Desde el mismo Shanghai escribió:
“Nunca antes en la historia se vio a tanta gente probando cada día nuevas formas de actividad en todos los aspectos. Se equivocan los que piensan que se trata de imponer a un pueblo la imagen de un hombre. Es lo contrario. Se trata de hacer un pueblo enorme consciente del poder incontrastable que tiene en sí mismo para crear un tipo nuevo de sociedad.” (Viaje a los antípodas. 1ra. edición, Editora Alfa y Omega, Santo Domingo, 1978, p. 23).
Además de China, en compañía de Héctor Aristy, el exministro de la Presidencia del gobierno constitucionalista encabezado por el coronel Francisco Caamaño, Bosch había viajado en octubre y noviembre de 1969 desde París, a otros países del sudeste asiático, como Vietnam, Corea del Norte, Laos y Cambodia. En China, la entrevista del exmandatario dominicano con Chou En Lai, el presidente del Consejo de Estado, duró tres horas; no se despidieron secamente. Chou lo acompañó hasta la salida del Palacio del Pueblo para decirle adiós.
Bosch encontró un pueblo forjándose en la cotidianidad:
“(…) en China lo que hay es cientos de millones de gentes trabajando, todo el mundo -hombre, mujer, joven, niño- en la tarea de transformación revolucionaria más gigantesca que ha conocido la historia humana, sin que se ejerza contra nadie el más pequeño acto de violencia física. (…)Las tiendas están llenas (…). Los mercados son enjambres humanos. Los comercios trabajan todos los días de la semana, hasta los domingos. Los chinos ahorran normalmente la mitad de lo que ganan. (…). ) (Ibid., pp.56-57).
Para entonces ya la tecnología era fundamental en su estrategia:
“China está produciendo todo lo que se produce en Occidente, desde energía nuclear hasta agujas para coser, desde computadores electrónicos hasta zapatos. El país no importa ni una gota de petróleo (…); ha pagado totalmente todas sus deudas internas y externas; su capacidad técnica crece día tras día.” (Ibid., p. 58).
Hay que tomar en cuenta que Bosch se refiere a la China de hace 49 años. Imagínense lo que está ocurriendo ahora: un modelo económico que ha sacado a más de 800 millones de personas de la pobreza, y ha creado una clase media superior a los 300 millones. Entonces, ¿ qué decir del fenomenal proyecto histórico de la Ruta de la Seda, llamado a impactar en los cinco continentes?Ese es el contexto en que los presidentes Medina y Jinping han inaugurado las nuevas relaciones diplomáticas.
Hace casi 50 años, Bosch definía ese escenario así:
“China es una colmena inmensa”.

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