China está llevando su rivalidad con Estados Unidos a los cielos. Con una inversión de al menos 9 mil millones de dólares, está construyendo un sistema de navegación celestial para reducir su dependencia del GPS de propiedad estadounidense.
Los teléfonos inteligentes, los sistemas de navegación para automóviles, el microchip en el cuello de tu perro y los misiles guiados utilizan los datos de ubicación transmitidos desde los satélites GPS, y todos esos satélites están controlados por la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Eso hace que el gobierno chino se sienta incómodo, por lo que está desarrollando una alternativa que un analista de seguridad de Estados Unidos considera uno de los programas espaciales más grandes que ha emprendido el país.
“No quieren depender del GPS de Estados Unidos”, dijo Marshall Kaplan, profesor del departamento de ingeniería aeroespacial de la Universidad de Maryland. “Los chinos no quieren estar sujetos a algo que podamos apagar”.
El Sistema de Navegación de Beidou, que actualmente sirve a China y a sus vecinos, será accesible en todo el mundo para 2020 como parte de la estrategia del presidente Xi Jinping para hacer de su país un líder mundial en tecnologías de próxima generación. Su implementación se refleja en el mundo corporativo, ya que los fabricantes de semiconductores, vehículos eléctricos y aviones modifican los productos para que también se conecten con Beidou para seguir haciendo negocios en la segunda economía más grande.
El ensamblaje de la nueva constelación se está acercando a la masa crítica después del lanzamiento de al menos 18 satélites este año. El 19 de noviembre, China lanzó dos máquinas Beidou más, aumentando el número en operación a más de 40.
Beidou es uno de los elementos de la ambiciosa campaña de China para desplazar el dominio occidental en el sector aeroespacial. Una empresa estatal está desarrollando aviones para reemplazar los de Airbus y Boeing, y las nuevas empresas nacionales están construyendo cohetes para desafiar a Space X, de Elon Musk, y Blue Origin, de Jeff Bezos. Este mes, China tiene previsto lanzar Chang’e 4, una sonda lunar que sería la primera nave espacial al otro lado de la luna. Una sonda de Mars y un rover están programados para su despegue en 2020.
“Es una especie de carrera espacial clásica”, dijo Andrew Dempster, director del Centro Australiano de Investigación de Ingeniería Espacial en Canberra.
China comenzó a desarrollar Beidou en la década de 1990 y gastará un estimado de 8.98 mil millones a 10.6 mil millones de dólares para 2020, según un análisis de 2017 realizado por la Comisión de Revisión de Economía y Seguridad de los Estados Unidos y China. Eventualmente, el sistema proporcionará precisiones de posicionamiento de un metro o menos con el uso de un sistema de soporte en tierra.