China Popular, ¿será espejitos a cambio de oro?

China Popular, ¿será espejitos a cambio de oro?

MARIEN ARISTY CAPITÁN

En cuanto la noticia llegó, las reacciones no se han hecho esperar. Se habla de promesas, de grandes inversiones que llegarán y de una bonanza compartida que, a los menos optimistas, nos suena que podría ser como aquellos espejitos radiantes que los antiguos pobladores de esta isla cambiaron a los colonizadores por oro, según cuenta la leyenda.
La República Popular China, con sus más de 1,300 millones de habitantes, es un mercado tentador. También suenan fabulosas las inversiones que podrían venir desde allá y los financiamientos que podrían ofrecer. Pero, ¿no será todo eso un mero espejismo? ¿Y si al final la balanza se inclina y perdemos más de lo que ganamos?
Apostar por China es dejar atrás a un aliado incondicional que nos dio mucho más de lo que nosotros pudimos darle a cambio. Taiwán fue, hasta el lunes pasado, esa mano amiga que estaba presta a ayudar en cualquier ámbito.
Sus donaciones incluyeron el sistema del 9-1-1, la producción de arroz y bambú y el CAID, por citar algunos, así que dejan en nuestro país muchas razones para recordarles y agredecerles.
Esta semana ha sido muy dura para la misión de la embajada de Taiwán en la República Dominicana. El Gobierno, sin una décima de tacto, informó su decisión de romper las relaciones diplomáticas poco antes de firmar con la República Popular China. ¿Había necesidad de hacer las cosas de manera tan cobarde?
Taiwán merecía mucho más. Quien da amor no debe maltratarse. Eso hicimos, tristemente, nosotros. Hoy es pronto para saber qué pasará. Espero que algún día no ansiemos el oro que dejamos atrás.

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