Hablar de Ciencias Sociales y de investigación social en nuestro país es difícil. Las ciencias sociales son cada vez más excluidas del sistema educativo en educación básica, media hasta la educación superior.

En la actualización curricular que desarrolla el Ministerio de Educación se plantea la exclusión de las ciencias sociales y naturales del primer ciclo de educación básica (1ero a 3ero) priorizando lecto-escritura y matemáticas. En los documentos elaborados como “Bases de la Revisión y Actualización Curricular” está ausente la mirada del contexto socio-cultural que vive la sociedad y la escuela dominicana.

Esta “priorización” no es casual. Ya en la distribución de horas de las asignaturas en educación básica y media, las ciencias sociales están en desventaja frente a las otras asignaturas. La enseñanza de las ciencias sociales se limita a Historia y Geografía totalmente desarticuladas de la realidad socio-cultural y de formación de pensamiento crítico.

Nuestra educación básica y media sufre no solo deficiencias de calidad sino también de un enfoque sostenido en la perpetuación de una sociedad desigual, excluyente, racista y conservadora. La promoción del cambio social desde las aulas está ausente. El enfoque se reduce a la enseñanza de hechos históricos y descripciones geográficas, sostenidas en fuentes de información no cuestionadas desde sus posiciones ideológicas, políticas y económicas.

En la educación superior la situación es peor lo que se muestra en la desaparición de las carreras de ciencias sociales en las Universidades. Ocurre con la Antropología Social, la Sociología, la Historia, Filosofía y otras áreas de las ciencias sociales y humanidades.

Las ciencias sociales son disciplinas importantes para el análisis de la realidad social y el conocimiento sobre los procesos que ocurren dentro de la sociedad.

Desde las ciencias sociales se analizan y critican las relaciones de poder que se tejen desde la cotidianidad, las creencias mágico-religiosas, las relaciones de género, la diversidad ideológica, política, sexual y social. El quehacer de las ciencias sociales contribuye a la construcción de ciudadanía y democracia.

En nuestro país se arraiga cada vez más el conservadurismo y la resistencia al cambio social impulsado por nuestras fuerzas políticas gobernantes y elites dominantes. Estas a su vez han apostado a la exclusión de las ciencias sociales de las universidades privadas y la estatal. Nuestras universidades han dejado de ser espacios de investigación social, debate y formación de pensamiento crítico.

La ausencia de una promoción del pensamiento crítico y del debate desde el ambiente académico y social fortalece la invisibilización de las ciencias sociales para las nuevas generaciones que no la conocen, por tanto no pueden percibirla como una opción de vida.