Científicos modifican genéticamente resistencia a la malaria de los mosquitos

Científicos modifican genéticamente resistencia a la malaria de los mosquitos

Washington. La resistencia de los mosquitos a los parásitos de la malaria y la transmisión de la enfermedad en las diferentes especies de estos insectos pueden ser manipuladas a través de la ingeniera genética, según dos estudios que publica hoy la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Investigadores de la Universidad de California han creado un prototipo de sistema accionado por los genes CRISPR/Cas9 que puede introducir y propagar un gen antiparasitario entre los mosquitos Anopheles stephensi, que provocan en torno al 12 % de las transmisiones de esta enfermedad en India.

El gen antiparasitario actúa sobre dos proteínas clave producidas durante la fase infecciosa del parásito de la malaria Plasmodium falciparum.   El estudio consiguió que el gen antiparasitario se propagara en una conversión genética específica con una eficiencia de más del 98 %.   Según los investigadores, aunque los hallazgos de este estudio suponen un “prometedor paso” para la modificación genética, se requieren estudios sobre la estabilidad de estos efectos en los diferentes tipos de mosquito así como sobre las condiciones ambientales.

No obstante, apuntan que este enfoque para modificar genéticamente la población de mosquitos podría representar un “arma poderosa” dentro del creciente “arsenal contra la malaria».   Por otro lado, investigadores de los Institutos Nacionales de la Salud, con sede en Rockville (EE.UU.), informan de un gen que controla la capacidad de los parásitos de la malaria para transmitirse a través de las diferentes especies de mosquitos.   El objeto de esta investigación fue también el Plasmodium falciparum, un parásito de la malaria originario de África pero extendido por todo el mundo a medida que el ser humano migró a otros continentes.

El estudio infectó con cepas de Plasmodium falciparum a mosquitos de África, Asia y Suramérica y concluyó que cada especie se muestra más susceptible al parásito de su propio continente.   Este aspecto, según los investigadores, sugiere que este parásito de la malaria se adapta a las diferentes especies de mosquitos portadores.

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