El parqueo del Instituto Nacional de Patología Forense amaneció ayer atestado de familiares y vecinos, quienes lloraban la trágica muerte de cinco de seis jóvenes entre los 21 y 29 años que quedaron quemados por completo al incendiarse la madrugada del domingo el microbús en el que se dirigían hacia la playa de Boca Chica.
El joven que sobrevivió a la tragedia está muy grave en el hospital Luis Eduardo Aybar.
El accidente ocurrió pasadas las 4:00 de la madrugada, en el kilómetro 17 de la autopista Las Américas, en el microbús Daihatsu Hijet, placa L148418, operado con gas propano, que se habría deslizado e impactó de frente con una mata de coco y se incendió.
Los muertos fueron identificados como Carmen Leticia Pineda, de 24 años; Samanta Jiménez, de 21; Estarlyn García, de 22; Juan Alberto Pereira Paulino, de 22, y Víctor Manuel Mercedes, de 29, quien al parecer conducía el Vehículo.
Mientras que está en condiciones críticas Jonás Alejandro Paulino Frías, de 22 años, en la unidad de Quemados del hospital Luis Eduardo Aybar, informó el doctor Eddy Bruno, director del centro.
Dijo que Paulino tiene un 20% de la superficie con quemaduras de segundo y tercer grado, y fue necesario abrirle las piernas para intentar salvarlas, debido al nivel de inflamación.
Accidente. La desgarradora agonía de las víctimas se aprecia en el microbús en el que viajaban, que quedó convertido literalmente en un anafe quemado.
Tres de los jóvenes eran amigos desde la infancia y residían en la calle 39 del sector Cristo Rey en la capital. Mientras que Víctor Manuel residía en el ensanche La Fe, en la calle Lope de Vega. En esos lugares, los vecinos lamentaban la tragedia.
Antonio Abraham, tío de Carmen Leticia, explicó que los jóvenes compartían el sábado en una fiesta en la casa de Paulino Frías, en la avenida Ovando, en el callejón B, donde habían ingerido alcohol desde las 10:00.
Dijo que los muchachos salieron pasadas las 4:00 de la madrugada a la playa.
Abraham expresó que ha sido algo terrible para toda la familia y barriada.
“La juventud, la adrenalina, ellos acostumbraban a beber, los orientábamos, lo que pasa que el que se va a perder hecha alas”, expresó el atribulado hombre.
Carmen Leticia, quien trabajaba en una banca, dejó en la orfandad a una niña de tres años.