La debilidad del crédito, la escasa inversión de las empresas y la insuficiente inversión pública son los “ tres círculos viciosos que perpetúan el bajo crecimiento en la Eurozona”, afirma un informe de la firma de inversión francesa Natixis.
En el informe, desde la entidad francesa apuntan a que «los impagos de los prestatarios continúan en niveles elevados, especialmente por parte de los hogares, lo cual mantiene elevada la tasa de mora para los bancos, lo que condiciona la toma de riesgo de estas entidades».
«La debilidad del crédito en la Eurozona se debe a la tasa de mora, esta situación debilita el crecimiento. Esto nos da el primer círculo vicioso», señala el informe de la entidad.
La tasa de morosidad Europa ha estado aumentando. Hay países que distorsionan esta media en la Eurozona. Los bancos italianos en particular están sufriendo una tasa de morosidad increíblemente alta.
La tasa de morosidad en Italia está en unos niveles tan extremos que el país podría llevar la crisis del euro de nuevo a los titulares de las noticias, han advertido algunos analistas.
Por otro lado, el bajo crecimiento económico y unas previsiones ‘macro’ bastante tibias están condicionando el nivel de inversión de las empresas: «La debilidad de la inversión desemboca en una caída de la capacidad productiva y del crecimiento de la productividad, y que por lo tanto perpetúa el débil crecimiento y el crecimiento potencial». Este es el segundo círculo vicioso para los expertos de la firma de inversión gala llamada Natixis.
Sin embargo, en un reciente informe el Banco Central Europeo (BCE) planteó que la inversión empresarial de la zona euro ha recuperado sus niveles anteriores a la crisis financiera.
El BCE subraya que España, Alemania y Francia han contribuido de forma «considerable» al incremento de casi el 15% de la inversión empresarial de la zona euro desde el primer trimestre de 2013, mientras que el papel de Italia ha sido «limitado».
Para Natixis la economía de España es más robusta que la alemana. Se fija en cinco puntos que le llevan a destacar la «considerable robustez» de España: la recuperación de competitividad en costes ligada a la moderación salarial, las tendencias del mercado laboral, la rentabilidad y «creciente sofistificación» de las empresas españolas, la progresiva vuelta a la solvencia fiscal y la resistencia de la economía al encarar el incremento de los precios del petróleo.
Por último, los otros dos factores están reduciendo los ingresos fiscales de los gobiernos de la Eurozona. «Para contener el déficit público, los gobiernos de la Eurozona no han optado por reducir el gasto público corriente, sino que han rebajado la inversión pública».