Coctelera

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Mucho me honra  y alegra al mismo tiempo, mi querido Magino, el hecho de coincidir con juicios externados por el doctor Julio Amado Castaños Guzmán en relación con la vagabundería esa de la adquisición de equipos y materiales médicos, que ha dejado al Estado pérdidas por unos 15,000 millones de los hediondos, según autoridades de Salud Pública.

El doctor Castaños Guzmán, rector de la Universidad Iberoamericana (UNIBE) y hematólogo de prestigio, considera que el gobierno debe auditar las operaciones realizadas, revisando las órdenes de compras expedidas y bajo cuáles criterios fueron adquiridos los equipos. Después, expone, hay que establecer responsabilidades. Cuando explotó la bomba esa, caro Magino, ¿le dijeron a usted lo que debía hacerse? Mire, viejito charlatán, entiendo que el gobierno está en la obligación de establecer quiénes firmaron las órdenes de compra de los equipos tirados al abandono y adquiridos a contar de 1995. También se debería conocer el monto de cada factura pagada, a quién se le pagó y si hubo intermediarios. Se puede apostar, peso a cabo de túbano, que las compras se hicieron de grado a grado o con una clase de «concursos» que le zumban la manigueta, unos concursos super amañados que solían hacerse por estos laditos. Pero qué va, viejo verde, todo esto es mucho pedir. Vendrán dos o tres pronunciamientos de condena y después todo quedará igual. Los dineros de los contribuyentes nadie los defiende, ni siquiera los propios contribuyentes, que son más come jaibas que el carajo… Dirigentes  de organizaciones empresariales afirman que la poca credibilidad que se da a las informaciones financieras traba el crédito para el desarrollo industrial. ¿Y de quién es la culpa, mi querido Magino? Por eso se estima lógico la aplicación de una disposición que desagrada mucho a los «inversionistas»: que los estados financieros facilitados en las gestiones de crédito, coincidan, en su totalidad, con las declaraciones formuladas a la Dirección General de Impuestos Internos…  ¿Qué se debe  bajar el cobro del ITEBIS y generalizar el mismo para todos los productos?. ¡El ñame! De acuerdo con Juan Hernández, una medida así solo perjudicará a los más jodidos… El diputado  reformista y jefe de campaña de Eduardo Estrella, Ramón Rogelio Genao, considera que Amable Aristy debe renunciar la candidatura presidencial, para evitar que el PRSC pase una vergüenza en las elecciones presidenciales del 2008. ¡Qué muchacho más ameno!… La cuestión  esa del «desarme general» es sumamente compleja. Por ejemplo, el sacerdote católico Luis Rosario, coordinador de la Pastoral Juvenil, cree que el Estado no propicia un verdadero desarme de la población porque se lucra con el cobro de una licencia para la tenencia y el porte. Eso es bien relativo. Es evidente que el Estado concede licencia a muchísimos boca de puercos y eso es muy nocivo para la salud de la nación. Pero también se dan los casos de que se expiden permisos a favor de personas que llenan los requisitos y quienes, en apariencias, necesitan cuando menos la tenencia del arma…  El padre Rosario,    quien ha consagrado su vida a servir a la juventud dominicana, considera que «las armas no resuelven los problemas, más bien los agravan y mientras más gente adquiere armas con la ilusión de defenderse, más graves y trágicos serán los acontecimientos». No hay duda de que el religioso tiene mucha razón…  Lo más grave  de todo este asunto reside en la enorme cantidad de armas de fuego, de variados calibres, que están en poder de elementos que le dan un uso criminal a las mismas. Si no el Estado de manera directa, cuando menos gente que le sirve y ha servido, tiene su cuota de responsabilidad en esta barbaridad, pues las armas han entrado ilegalmente al país se encuentran en manos de muchos desalmados que las emplean para sus fechorías. ¿Se olvida usted acaso, caro Magino, de las advertencias que se formulaban a las autoridades para que frenaran el contrabando de armas procedente de Haití? ¿Se olvida usted que esas advertencias aumentaron cuando Estados Unidos patrocinó la aniquilación del Ejército del vecino país?…  El desarme general,   viejo verde, debe comprender parte del armamentismo con permiso que existe en el país. Eso, al parecer, no es tan difícil. El difícil es el otro. Desarmar a quienes tienen armas de todo calibre, sin autorización alguna, no será tan sencillo como lo fue para la soldadesca norteamericana que invadió el país en 1916 o como lo fue para el general Rafael L. Trujillo cuando escaló el mando el 16 de agosto de 1930. En ambas ocasiones el país era una aldea grande y despoblada. Ahora, eso sí, ¿porqué la fuerza pública no interviene contra los vaqueros que portan aterradores pistolones y los exhiben en un rasgo de fantochería sin límite. Y entre esos los hay civiles, militares y policías ¿De acuerdo?.

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