Coctelera

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 ¿Ve usted, mi querido Magino, como era cierto eso que le dije hace días, de que los bancos comerciales propondrían que se gravara la emisión de cheques, de todos los cheques, en vez del proyectado tributo a los intereses devengados por los depositantes? Los mismitos bancos que hablaban de “proteger a los ahorristas” son los que sugieren cobrar 15 centavos por cada cien pesos a la hora de emitir un cheque. Se lo decía, Magino, lo que pasa es que usted no es más que un incrédulo: los bancos cuanto buscaban era proteger sus propios intereses, pues son ellos los propietarios de alrededor del 70 por ciento de los certificados vendidos por el Banco Central, con la increíble tasa de interés de un sesenta por ciento al año. Esos bancos hacen un negociazo del carajo, pues compran los certificados con dinero de depositantes a los cuales pagan, digamos, un veinte por ciento mientras ellos, con cuartos ajenos, perciben un sesentón. Desde luego, como aquí hasta los gobiernos le tienen miedo a los bancos, ya canchanchanes del régimen que comenzará el 16 de agosto están de acuerdo con la propuesta de los poderes comerciales, pues recurriendo a un argumento muy poco moral, por cierto, afirman que cuanto les interesa es que les busquen unos 3,200 millones por ese concepto…

Maginito, lo que mueve a risa en este país de payasos y charlatanes, es que se esgriman argumentos que mandan madre para justificar que se cobren 15 centavos por cada cien pesos. Como eso de decir que RD$1.50 no se le da ni a quienes limpian vidrios debajo de los semáforos. O que cuando una persona pague 60 pesos por ese tributo, estaría gastando menos dinero que cuando compra una pizza chiquita a una hamburguesa. Y no me vengan  con el cuentazo ese de que el gravamen propuesto en la reforma fiscal no solo afectaría a los bancos sino a quienes tienen sus ahorros en esos bancos. Sí, carajo, pero ¿hasta dónde es justo eso de permitir grandes ganancias por el solo hecho de disponer de grandes sumas de dinero para invertirlas en certificados o en depósitos? Si algo ha trabado el desarrollo, Maginito, es la pendejada esa de dinero buscando dinero para ahorristas ociosos que han alimentado en el pasado a muchísimos bancos y a financieras que se han ido a pique por negocios de todas clases y préstamos hasta a sus propios dirigentes y accionistas, para que luego el Estado sea el paganini, es decir, los pendejos contribuyentes que cubren impuestos para mantener hasta a vividores y estafadores. De todos modos, Maginito, no se desespere, pues algún día se pasará lista…

El presidente Hipólito Mejía reveló anteanoche que el finado expresidente Joaquín Balaguer le pidió deportar a los extranjeros involucrados en el sector energético que no cumplieran sus obligaciones. Mejía dijo que estimó incorrecta la propuesta, aunque el tiempo le demostró que “el viejo” tenía la razón. Mire, viejito, eso de fuñir mucho con el pasado a lo mejor no deja beneficios, pero cualquiera se pregunta por cuáles motivos el propio doctor Balaguer, cuando tenía la mandurria, no procedió a esas deportaciones…

Hubiera sido más interesante que el carajo que el doctor Balaguer hubiera enviado a casita a los muchachones de Smith and Enron, después que su propio gobierno le regaló una ñoña concesión a un tal John Smith que viajó a Houston para asociarse con la Enron. Esa mismita Smith and Enron cobraba por una producción que nunca fue real y sus cuartos tenían que salir religiosamente ¿Por qué no mandó al carajo a los representantes de la Hydro Quebec Sofati?  ¿Y a ciertos generadores? Esas deportaciones sí que hubieran sido interesantes, pues entonces, a lo mejor, se hubieran conocido, de manera pública, los nombres de los “asociados” dominicanos de los extranjeros beneficiados. Pero el Doctor no hizo nada de eso y así no solo protegió a explotadores del sistema energético, sino también a gente de su entorno…

El presidente Mejía cree “ficticia” la escasez de gas propano y de gasoil. ¿Ficticia? A lo mejor le cae bien otro nombrecito, pero de que faltan combustibles para el público, ni modo, solo hay que estar en el medio para saberlo…

Magino, por ahí dijeron que hospitales de Estados Unidos envidian a hospitales dominicanos. Bueno, viejito vagabundo, si algún hospital estadounidense envidia la Maternidad Nuestra Señora de La Altagracia, es porque en “los países” se van a parir a los cráteres lunares. Mientras tanto, ni modo, ¡qué habladores somos!

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