Coctelera

Coctelera

Magino,  no tengo que preguntarle cómo le fue ayer. Estoy seguro que usted se pasó el día, como buen ambientalista que es, contemplando lo que hacían los demás. Y usted, como buen ciudadano, de brazos cruzados en solidaridad con quienes pedían huelga.

¡Felices Pascuas y Próspero Año Nuevo!… Todos tenemos  que respetar, viejo vagabundón, el derecho a la protesta. Y tanto es así, que ese derecho a protestar se trata de confundir con el enunciado constitucional que establece que «se admite el derecho de los trabajadores a la huelga y de los patronos al paro en las empresas privadas, siempre que se ejerzan con arreglo a la ley y para resolver conflictos estrictamente laborales»… Foro Social Alternativo (FSA)  reclamó para el día de ayer un paro general en toda la nación, presentando al gobierno un pliego de exigencias que, reitero, lucía más bien como un programa de gobierno que otra cosa. Tengo entendido, por los informes recibidos a la hora en que se escribe esta columna, que el paro ha sido parcial, aun cuando es muy claro que gran parte de la población ha mostrado descontento con el estado de cosas imperante, FSA califica de «éxito» la huelga y el gobierno usa la misma expresión para mostrar su satisfacción por la actitud que asumió. No me explico que uno y otro use el término «éxito» para calificar un hecho que en nada beneficia al país, aunque así no quieren creerlo los organizadores del llamado paro y los partidos y entidades políticas que, para pescar en río revuelto, dieron su respaldo al mismo… Mire, Magino,  creo que FSA quiere ir mucho más lejos de un simple paro o huelga por 24 horas. No solo su reticencia a «negociar» con el gobierno lo deja dicho, sino las exigencias formuladas. No hay gobierno, por más dispuesto que esté a cambiar algunas cosas en su política, especialmente en la económica, que pueda satisfacer las «demandas» de FSA. Y eso, FSA, tiene que saberlo mucho mejor que nadie. Veamos… En reiteradas  declaraciones, voceros de FSA manifestaron que en caso de conversar con el gobierno, el presidente Leonel Fernández tenía que dirigirse a la nación para anunciar las medidas a tomar. En primer término, ¿qué Presidente que se respete aceptaría que grupos particulares le ordenaran hablar al país? FSA reclamó que el gobierno declarara una moratoria de dos años en el pago de la deuda externa. Al Coctelero le gustaría que esa deuda jamás se pague. Es más, el Coctelero cree, en cierto sentido, que esa deuda en algunos casos, ya ha sido cubierta con creces. Pero los pies tienen que colocarse sobre la tierra y la realidad no puede ignorarse. Una moratoria en el pago de esa deuda, a veces contraída con maniobras poco santas y por todos los gobiernos que hemos padecido, traería consecuencias muy poco favorables para la nación. ¿Acaso los candidatos presidenciales del PRD y del PRSC, partidos que respaldaron el paro, favorecen la moratoria? ¿Y si la apoyan, por qué no lo dicen públicamente?… Hay que respaldar  la petición del FSA para que se luche por rebajar el costo de los alimentos y los medicamentos. Cierto. Pero FSA, por su origen y su composición, tiene que saber que donde más se abusa con el precio de los alimentos es en los barrios pobres. No hay peor explotador que el de la propia clase. Si usted compara los precios que se colocan a los alimentos en barrios de los llamados populares y los establecidos en los supermercados, se dará cuenta de los abusos a que son sometidos, por su propia gente, las personas más necesitadas. Desde luego, hay alimentos cuyos precios dependen más bien de las cotizaciones en los mercados extranjeros. Por ejemplo, la leche. De las medicinas, ni hablar. Todos sabemos que el gobierno se cruza de brazos ante los abusos que se cometen. El gobierno tiene pruebas de laboratorios que ganan hasta un mil por ciento de determinados medicamentos. Pero poco hace para remediar la situación, aunque sería injusto no reconocer el esfuerzo oficial de Promese, que vende medicamentos genéricos a bajos precios… Quedan otros  puntos reclamados de imposible solución en cuestión de días o de meses. ¿Cómo carajo puede el gobierno distribuir tierras a los campesinos en forma improvisada? ¿Y no es peor el minifundio que el latifundio? ¿Se puede pensar en una reforma agraria, hoy, como se hacía hace veinte años? El asunto del aumento salarial es un punto que sí se puede discutir, pues nadie pone en dudas cómo el alto costo de la vida afecta a toda la sociedad, con muy contadas excepciones. ¿Puede el problema de la energía eléctrica ser resuelto en un par de meses, cuando por falta de una verdadera voluntad política, de todos los gobiernos que han pasado por aquí, no se ha resuelto en casi medio siglo? Del agua no hay ni qué hablar. Autoridades oficiales, en la última crisis, manejaron el asunto con los pies y provocaron situaciones enojosas que pudieron ser evitadas… A fin de cuentas,  mi querido Magino, puede que me equivoque, pero me luce que FSA, en cierta forma, ha tirado un balón de ensayo. No me venga usted con cuentos chinos ni cosas parecidas, pues FSA tiene que estar movido, por encima de todas las cosas, por la política. ¿No será que FSA se ha entusiasmado con la llamada nueva izquierda en América Latina, izquierda que tiene también en sus filas a grupos comunistas que se resisten a colgar los tenis? ¿Veríamos a FSA algún día convertido en partido político buscando el poder por la vía electoral, la única vía abierta en esta época de globalización? Hay que esperar.

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