La Comisión Europea propuso ayer crear un Fondo Europeo de Defensa que permita invertir unos 5,000 millones de euros al año en la compra de material militar de manera conjunta. El plan prevé la posibilidad de que el fondo pueda endeudarse para financiar proyectos concretos con la garantía de los países que participen.
La propuesta de hoy tiene dos filos, uno político y otro económico. El primero lo han ido afilando los Gobiernos de la UE en los últimos meses, justo después de que en junio pasado los británicos votaran a favor de salir de la UE. Los líderes de los 28 menos uno decidieron que la respuesta común a la amenaza desintegradora que supone el Brexit debería pasar por reforzar la defensa y la seguridad de los ciudadanos.
El filo económico se basa en las economías de escala. Unir los recursos de 27 países para la compra y desarrollo de equipamiento militar debería ser más eficiente que si cada país investiga y adquiere material por separado.
El fondo se nutriría de dos pilares, cada uno con su fuente de financiación. El primero, lo que el Ejecutivo llama una «ventana de investigación», que serviría para financiar la investigación conjunta de tecnologías innovadoras y estratégicas, como electrónica, metamateriales, software encriptado o robótica. Esta ventana se financiaría con fondos comunitarios. La aportación empezaría siendo de 90 millones anuales hasta 2020 y subiría a 500 millones a partir de entonces. La segunda ventana ha sido bautizada como «ventana de capacidad» y serviría para financiar proyectos concretos, como el desarrollo de tecnología para drones.