Cómo ocurren los ataques de pánico

Cómo ocurren los ataques de pánico

María es una muchacha joven y trabajadora, quien ha estado laborando en la misma institución por 5 años, muy contenta y satisfecha con lo que hace. Hace dos meses le fue otorgada la oportunidad de irse a continuar sus estudios profesionales fuera del país.
Con el poyo de sus familiares y con mucha ilusión, aceptó. Esto implicaba renunciar a su trabajo, en el cual ha pasado varios años llenos de aprendizajes y buenas experiencias.

De repente, María comienza a sentirse mal, con dolores de cabeza y siente su corazón acelerado, cree que tiene que ver con la presión y tiende a chequearse de manera periódica pero todo sale bien.

Luego de varios días decide ir a emergencias porque siente el corazón agitado, le falta la respiración y comienza a sudar. Según María, siente que le va a dar un ataque cardíaco, pero los diferentes estudios que le han realizado no reportan ninguna condición física. Se sorprende ya que sabe que lo que le sucede no es normal y es real.

La mayoría de las veces le vienen cuando está conduciendo, viendo televisión, durante la hora del almuerzo y cuando sale del trabajo y va de camino a casa.

Con la historia de María, la psicóloga clínica Nadia Hernández Castillo explica cómo ocurren los ataques de pánico en las personas, mientras explica que este tipo de ataque es definido en el Manual Diagnóstico de Trastornos Mentales en su quinta versión, como la aparición súbita de miedo o de malestar intenso que alcanza su máxima expresión en unos minutos.
Es una crisis donde la persona experimenta elevados niveles de angustia y ansiedad con intensos pensamientos impresionantes de que algo grave puede ocurrir, con la particularidad de que la persona piensa que no puede controlar esta reacción.

Debido a que los ataques de pánico no se pueden predecir, ofrecen como resultado “una modificación en la vida social, laboral y familiar de la persona que lo sufre dado su representación espontánea. Se pueden presentar desde la adolescencia hasta la adultez”.
“Estas crisis suelen ser breves, pero tienden a presentarse numerosas veces en el transcurso de la vida a partir de su primera aparición, o bien pueden no presentarse en mucho tiempo. Usualmente estos ataques de pánico tienen una duración de entre 5 a 30 minuto”, señala la especialista de Terapia Boutique.

Hernández indica que una persona que esté presentando un ataque de pánico puede sentir diferentes síntomas y con distinta intensidad.
“Es muy frecuente que el ritmo y frecuencia cardíaca se vean elevados, pueden sudar, en su mayoría muestran una sensación de ahogo o falta de aliento. Algunas personas que están experimentando ataques de pánico pueden sentir dolor físico que no parece tener una procedencia natural como náuseas, mareo, desmayos y una especia de presión en el pecho”, dice.

Los síntomas de los ataques de pánico pueden ser: palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardiaca; sudoración, temblores o sacudidas, sensación de ahogo o falta de aliento, sensación de atragantarse, opresión o malestar torácico y náuseas o molestias abdominales.

Pueden presentarse también inestabilidad, mareo o desmayo, despersonalización, miedo a perder el control o a volverse loco, miedo a morir, parestesias (sensación anormal de la sensibilidad) y escalofríos o sofocos.

Qué medidas tomar. “Es importante destacar que en muchas ocasiones estas crisis son un mecanismo de alerta de nuestro cuerpo. Este nos envía mensajes y señales cuando se siente sobrecargado o tenso, cuando no lo podemos controlar tiende a volverse en nuestra contra, por lo que pueden presentarse ataques de pánico”, indica la psicoterapeuta.

Nadia Hernández dice que en el momento en que se sienta sumergido en un ataque de ansiedad o de pánico, luego de haber identificado que es esto realmente, la tendencia es de huir e irse a un “lugar seguro”, “lo que implica una evasión del síntoma y se tiende a aumentar la ansiedad, ya que estarían asociando un lugar o momento con la crisis de angustia”.

“Cuando se presenten estas condiciones, siempre debemos descartar la organicidad, es decir debemos evaluar toda la parte física o médica para evitar complicaciones”.
“Luego de agotar este proceso, es necesario buscar ayuda de un psicoterapeuta especialista en trastornos de ansiedad, con el que pueda trabajar de la mano en el manejo de las emociones y el acompañamiento emocional», aconseja la experta de la conducta.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas