Comparando maletines

Comparando maletines

Eusebio Rivera Almodóvar

Uno de mis grandes amigos y colegas sanjuaneros llegó a llamar “El señor de la vida y de la muerte” al hombre que, en la primera mitad del siglo pasado, llegaba a los hogares a pies, a caballo, en coche o en carro, donde había uno o más enfermos, con un simbólico e inseparable maletín, donde llevaba un estetoscopio, un esfigmomanómetro, un martillito de reflejos, un oftalmoscopio, varios instrumentos de cirugía menor, gazas, esparadrapo y otros insumos y medicamentos de primeros auxilios y que en ocasiones llegaba para dar el veredicto de “vida o muerte” y su pericia le permitía salir de los hogares habiendo atenuado o desaparecido el dolor, los síntomas y la ansiedad familiar.
Ya casi ningún médico usa el maletín, porque la medicina familiar, servida en el hogar del enfermo, fue desplazada por la medicina de las clínicas, policlínicas y hospitales. Pero en el ínterin nació y creció un nuevo maletín cuyo propietario es visitante de un solo destino, el Congreso Nacional; lleno de un solo ingrediente, dinero; especialista agravando una sola enfermedad, la avaricia de los legisladores; utilizando sobornos para que se aprueben contaminados proyectos, préstamos y leyes; matando las expectativas del pueblo por la mejoría de su salud, educación, viviendas, alimentación, seguridad y otras prioridades.
En más de dos décadas de operación “El hombre del maletín” del Congreso ha cogido y repartido una inmensa cantidad de dinero por cuya falta deben haber muerto golpeados por la miseria y las enfermedades, muchísimos dominicanos y la eventualidad de una pugna entre “maletineros” ha descubierto que una última operación involucraba 92 millones de dólares que nunca sirvieron para salvar a nadie.

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