La salida de este periódico, un día como hoy de 1981, fue un paso decisivo para poner al alcance de la sociedad la vocación de servicio que inspiró a sus fundadores. Eran tiempos en que el pueblo dominicano necesitaba apuntalar las conquistas democráticas logradas en incidentados procesos acaecidos desde la caída de la tiranía. Nuestro compromiso fue arrimar el hombro al pueblo que trataba de afianzar la institucionalidad democrática, las libertades públicas y las prerrogativas esenciales de Estado organizado. Nuestro papel ha sido mantener una voz independiente para informar y orientar a la sociedad, y a la vez dar cabida a las expresiones libérrimas de todo el que pudiera defender con decoro y respeto sus argumentos.

Treinticinco años han pasado desde esa primera salida, y nuestra convicción nos dice que es necesario continuar suscrito al compromiso de luchar por el afianzamiento de la institucionalidad, por el respeto de la ley, la transparencia en el manejo de los recursos del Estado, la seguridad ciudadana, por el respeto de los derechos fundamentales y por garantías y prestaciones sociales que beneficien a las mayorías nacionales. Es un compromiso que ejercemos y ejerceremos sin aceptar cortapisas ni censuras, libres de influencias partidarias, o de otras índoles e intereses sectarios, sin arrimarnos a grupos de ninguna naturaleza.

Lo que el país ha ganado en prerrogativas democráticas no es suficiente todavía. Hace falta que la sociedad se involucre más en la construcción de un destino provechoso para todos. Hace falta lograr una justicia fuerte e independiente, garante de la ley, que persiga la corrupción en todas sus manifestaciones. Hace falta lograr que muchas de las fuerzas sociales se acojan a las pautas institucionales. Todo eso y mucho más nos obliga a profundizar la vocación por mantener a la sociedad objetivamente informada y orientada con sobriedad absoluta. La aceptación que hemos logrado de una parte importante de la sociedad nos obliga a mejorar e innovar en la tarea cotidiana de informar y orientar. Nos da fuerza para enfrentar con éxito los retos tecnológicos que la era digital antepone a los medios impresos.

Nos consagramos en el esfuerzo de superar adversidades para poder continuar aportando a la sociedad el soporte necesario para la supervivencia de las libertades esenciales. Queremos poder medir nuestra historia no solo en función de años vividos, sino fundamentalmente a partir de la huella social. Ese es nuestro permanente compromiso ante el pueblo que nos acoge.