Bernardo Castellanos vive en Panamá desde que el sectarismo político peledeísta se dio el lujo de prescindir de un valor que otros aquilataron y le extendieron la mano que en su tierra se le negó.
Pero su alma vive en el país: ¡Escribe sobre el país y para el país casi todos los días!
Bajo el lema de “Algunas precisiones” me escribió una carta horas después de que saliera el periódico donde fue publicado mi último artículo, sobre los calimetes en las presas, una carta que es modelo de síntesis en la expresión del conocimiento de cosas vividas, que debo compartir con los muchos que se preocupan por lo trascendente y no van al poder a hacer lo mal hecho, sino a hacer bien hecho lo que corresponde cuando se tiene la oportunidad de poder:
– Riego y agua potable -dice- son incompatibles lo que significa que el agua que utilizas para riego no puede ser utilizada luego para agua potable ni viceversa. Situación diferente ocurre con la generación hidroeléctrica en donde el agua utilizada para generar electricidad puede ser utilizada luego para riego o acueducto.
– La toma para el acueducto de la Línea Noroeste es desde la tubería forzada o tubería de presión de la presa de Monción justo antes de que se genere electricidad.
– La toma de agua para los acueductos del Cibao Central (Santiago, Moca), es desde el Embalse de Bao (gravedad) y Contraembalse de López (bombeo), que regula las aguas turbinadas en la central de Tavera.
– La decisión de colocar calimetes nunca ha sido una decisión de los contratistas que ejecutaron cada obra en particular (Impregilio en Acueducto Valdesia Santo Domingo, Acueducto Cibao Central), Odeberecht (Línea Noroeste), sino de las instituciones oficiales responsables de esos proyectos (CAASD, CORAASAN, INAPA), decisión apoyada unánimemente por los ingenieros sanitarios locales, quienes entienden que donde se pueda, el agua de los acueductos debe ser por gravedad para bajar los costos de operación y mantenimiento de los ineficientes acueductos que existen. Esa ha sido la discusión eterna de Marcelo (Jorge) con el grupo de ingenieros sanitarios encabezados por Julio Suero Marranzini, Magda Duarte, Emilio Almonte (QEPD), etc.
– En su momento, -sigue diciendo- yo cuantifiqué la energía que se dejaba de producir como consecuencia de los calimentes en Valdesia, Bao y Monción. Superan los 100 millones de Kwh/año entre los tres.
– Conjuntamente con Marcelo (Jorge), siempre nos opusimos a los calimetes pues el bombeo garantiza el agua de los acueductos y permite la generación de energía. El objetivo de un acueducto es garantizar su fuente de agua y el bombeo se la garantiza.
– En lugar del calimete de Valdesia la alternativa era un bombeo desde el Contraembalse de Las Barías, situado aguas abajo y de donde sale y se alimenta el canal Marcos Cabral.
– La alternativa al calimete de Bao, era el bombeo desde el Contraembalse de López, situado aguas abajo de Tavera. La solución fue mixta, calimete desde Bao y bombeo desde López.
– La alternativa del calimete de Monción era el bombeo desde el Contraembalse de Monción, situado aguas abajo.
– Las comunidades que se incorporaron al acueducto de la Línea Noroeste están fuera de esa zona, pero eran comunidades sedientas y carentes de ese recurso. La pregunta sería si no habían otras opciones de llevar el agua para consumo humano a esas comunidades que no fuera ampliando el acueducto de la Línea Noroeste y si esas opciones, en el caso de que existieran y fueran técnicamente factibles, si eran más baratas o más caras que la alternativa ejecutada de ampliar la cobertura del acueducto de la Línea Noroeste.
– Finalmente, la CDEEE en el 2004 dejó un contrato en ejecución con una firma canadiense que incluía el rebombeo desde el Contraembalse de Las Barías para recuperar la energía que Valdesia dejaba de producir como consecuencia del calimete por gravedad. El proyecto fue desestimado y reemplazado por otro.