Conani merece más holgura

Conani merece más holgura

Cuando se habla de niñez vulnerable, desvalida o huérfana tanto de padres muertos como vivos, el nombre del Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (Conani) resalta por la intensa labor que realiza para mitigar estos males. Sin embargo, es una lástima que esa labor se vea limitada por la insuficiencia de los fondos que le asigna el Estado a este organismo, que ha logrado abrirse camino gracias a las donaciones internacionales que recibe.

La asistencia de Conani llega hasta la niñez y adolescencia en condiciones especiales de vulnerabilidad social, orfandad por muerte de los padres o por irresponsabilidad paterna, abuso y otras situaciones que degradan sus condiciones humanas. Mantiene centros de atención en varias partes del país, casas de acogida, programas educativos y de salud, y vigila que las adopciones de infantes se hagan como dispone el derecho.

Por vocación de servicio, los ejecutivos de Conani han aprendido a trabajar con lo que se les asigna, pero admiten que la estrechez financiera frena sus bríos de asistencia. Ellos nos acompañaron como invitados en el almuerzo semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio. Una institución con tanto potencial reprimido debería recibir del Estado la garantía de una holgura financiera que le permita ejecutar toda la obra de bien atrapada en su carpeta de planes.

TRABAS A UN SERVICIO VITAL

A más de una década de iniciar su vigencia la seguridad social, la atención primaria, que debió encabezar la marcha de esta conquista social, sigue siendo una necesidad vital estancada. El Consejo Nacional de la Empresa Privada no vacila en responsabilizar a las clínicas privadas de mantener resistencia para impedir el desarrollo de este servicio, que permitiría resolver el 80% de los problemas de salud de los asegurados antes de que sus casos sean puestos en manos de especialistas.

Esa resistencia se suma a los regateos en la cobertura de exámenes y procedimientos, así como exigencias de pago a las que se enfrentan los asegurados. Es tiempo de que los actores del Sistema Dominicano de Seguridad Social pongan sus voluntades al servicio de los asegurados, removiendo todas las trabas habidas y por haber. Hay que trabajar para que la atención primaria se convierta en una realidad.

 

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