Hace un tiempo descubrí una de mis cuentas de diseño que hoy es una de mis favoritas en Instagram. Sus posts de estancias vibrantes, alegres y elegantes me dejaron enamorada.
Seguí investigando y para mi sorpresa encontré el porqué llamaba tanto mi atención, su estilo, ya famoso en el mundo de la decoración, es atrevido y divertido por una buena causa, sentirse bien en donde habitamos por lo que hoy se conoce a Jonathan Adler como el creador del estilo Happy Chic.
Este estadounidense empieza como ceramista en los años 80 logrando vender sus objetos decorativos en la famosa Barney’s. En 1998 abre su primera tienda en el Soho de New York que se ha convertido en un verdadero ícono del Happy Chic.
Un estilo de vida que busca la felicidad, como algunos sus libros My Prescripción for Anti Depressive Living (Mi prescripción para un estilo de vida antidepresivo) y Happy Colors (Colores Felices) va persiguiendo la felicidad y un estilo que no solo nos agrade sino que además pueda cambiar la forma en que nos sentimos en nuestros lugares.
Atreverse, mezclar, usar estímulos visuales son claves de este modelo decorativo. Se dejan atrás las estampas frías del minimalismo y se trabaja para los sentidos. Neutros en la base y todo el resto de paleta cromática para combinar naranjas y azules intensos, verdes y morados salpicados de notas en dorados y texturas y tramados, un estilo puede llegar a parecer excéntrico pero que al personalizarlos con nuestras notas llega a ser un gran aliado de las sonrisas al llegar a casa.
Como el mundo de las artes en general las tendencias van a mezclar, al uso de piezas de otras épocas con las nuevas, un eclecticismo de lujo. Pinceladas de piezas decorativas divertidas y animadas. Los detalles no se quedan atrás y podemos encontrar borlas, pompones y alfombras con carácter y drama.
Acero, cerámica, telas, piezas groovy y para nada super combinadas, más bien en contraste pero en una elegante armonía. Si vas a reparar esa bufetera o armario antiguo, empieza por ahí y píntala con un fuerte turquesa y, por qué no, las gavetas una de cada color. Ese sofá con cojines en perfecta coordinación cromática pueden quedar atrás y tapizar de un color vibrante y con cojines en contraste, si añades una alfombra interesante ya estás iniciando con el estilo de la felicidad.
Como en todo en la vida necesitamos equilibrio y para que la casa no parezca un circo tenemos que tener cuidado, si vamos a incorporar el Happy Chic, cuidemos las paredes y techos, que deben mantenerse neutros para que podamos jugar con el color en el mobiliario y las piezas decorativas. Recordemos que hay más habitaciones en casa y no todo lo que vamos a colocar tiene por qué estar en la sala o el comedor, llevemos nuestro estilo a otros rincones. No te enamores en exceso, aunque mezclar es la clave si esa pieza no aporta y no tiene un gran valor sentimental o histórico no la uses, véndela o dónala y si definitivamente no quieres deshacerte de eso pues muévela a otra zona.
Aunque esta tendencia ya tiene algunos años está tomando mucha presencia pues cada vez más la decoración se inclina por dejar atrás las estampas de revista y convertir nuestros espacios en lugares de agrado y felicidad para los que lo habitan.