Consecuencias de la “gran guerra”

Consecuencias de la “gran guerra”

Trump bombardeó a Siria y desplegó militares en el norte del país, violando la promesa de campaña de no meterse en un lío que no tiene solución militar. Pocos creen en su excusa, se especula que hay otras razones, considerando que la zona ha sido bomba de relojería desde que desapareció el Imperio Otomano a final de la Primera Guerra Mundial.
Lo que tiene fundamento, por varios motivos China, Rusia y Estados Unidos han soñado con controlarla. Uno, posee un tercio del petróleo y gas natural del mundo; dos, el que la domine pone precio al crudo y derivados, porque para suplir a Europa por el Canal de Suez o directamente por tubería, se paga un peaje que aumenta a conveniencia; y tres, la zona es contacto entre oriente y occidente, determinante para el comercio y la migración.
Independiente de su verdadera motivación, más que a Siria el bombardeo golpeó el ego militar, político y estratégico de Putin, un zorro del espionaje soviético que ganó ascenso pateando él primero. Su respuesta no se hizo esperar, decidió, junto a Irán, Hezbolá y milicias que apoyan a Bachar el Asad, declarar la guerra a Estados Unidos, dijo que si se repite el ataque responderá con mucha fuerza.
El mundo espera que Trump evite un mayor conflicto, que no cumpla lo que dijo, que seguirá golpeando militarmente hasta lograr la salida de El Asad. Una “Gran Guerra” impactaría negativamente la economía mundial. El complicado ambiente externo, que acelera la volatilidad del petróleo y su precio, está impactando nuestro balance macro-económico, repasemos cómo.
Por la misma cantidad de combustibles pagamos una mayor factura, lo que aumenta el déficit en la cuenta corriente y cambia radicalmente el marco fiscal de corto plazo. Lo último al aumentar las pérdidas de las distribuidoras de electricidad, la transferencia del gobierno y el déficit fiscal primario. Con el agravante de que aumentan los intereses de la deuda, por la mayor rentabilidad que exigirán los inversionistas para comprar bonos soberanos, haciendo más pesada su carga, recordando que el 70% de lo que debe el gobierno es en dólares estadounidenses.
En suma, el mayor precio del petróleo y el aumento del rendimiento de los títulos eleva el déficit fiscal que promedia 3.2% del PIB desde el 2008. Significa más endeudamiento público.
Si la Reserva Federal posterga los dos aumentos de tipos de interés que tiene pendiente para este año, podría evitar que el rendimiento de los títulos se eleve más de la cuenta. Para contextualizar al lector en el tema, cito que cuando recientemente lo elevó en 25 puntos básicos, la mejor retribución favoreció los ahorros y las inversiones en Estados Unidos, también aumentó el riesgo de desequilibrio en los flujos financieros a favor del dólar y en contra de las demás monedas. Es lo que evitaría o reduciría su incidencia si posterga los dos aumentos.
Mientras se espera la decisión de Trump, debemos reconocer que con Punta Catalina el gobierno enfrenta el dilema de que no puede seguir financiando la obra con ingresos corrientes y que no debe endeudarse más. La mejor opción es vender activos, asegurándose de que los dólares vengan de fuera.

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