Pregunta del lector: ¿El hombre que es violento con la mujer, ¿en otras relaciones sigue igual? ¿Es una conducta difícil de superar?

Respuesta de la terapeuta: Cierto que el que violenta a una pareja tiene mayor probabilidad de hacerlo con otras.

No es cierto que la mujer provoca a su pareja. La violencia es una herramienta cultural que facilita el ejercicio de poder mediante estrategias de dominación.

El ejercicio de poder tiene como objetivo fundamental someter a la pareja a través de acciones como los golpes, violencia psicológica, económica y sexual. Quien violenta suele usar más de una de estas manifestaciones de poder.

Primero se vulnera psicológicamente y luego se activan otras estrategias para acorralar y paralizar a la mujer, condenándola al aislamiento social y sufrimiento psíquico.

Para asumir el cambio de conducta violenta deberá reconocer que la ejerce, y sobre todo, comprender cuáles son el objeto y el objetivo de su conducta. Luego, tendrá que aprender a detener la ira que acumula por las interpretaciones distorsionadas que tiene sobre la mujer y sus conductas. Algunos hombres me han manifestado que llegan iracundos a su hogar y encuentran un pretexto para descargar la ira sobre ellas.

Esto refleja la creencia de que la mujer es un objeto sobre el cual puede descargar su enojo. Se desconecta empáticamente para cometer este acto dejando de lado los sentimientos y las expresiones de dolor de su pareja.

Tendrá que reaprender a ser empático con su pareja. Debe darse cuenta que cuando golpea o maltrata a su pareja le provoca sufrimiento emocional y físico.

Mediante técnicas de auto observación explorará el ciclo de la violencia, cómo se mueve en él y cuáles son los pensamientos que van sucediendo en cada fase. Aprenderá sobre su ejercicio de poder, control, ira y pensamientos distorsionados. Este ejercicio ayuda a comprender su ira y cómo la intensifica o alimenta por los pensamientos recurrentes.

Aprender a resolver los conflictos de forma no violenta y reforzar su autoestima serán parte del proyecto de cambios.

De esta forma, podrá conocer el impacto que tiene su conducta violenta sobre todo el sistema familiar y el escenario negativamente modelador que le presenta a sus hijos, a quienes expone a ser futuros agresores o víctimas.

Es un reto para todo hombre que ejerce violencia comprometerse con su cambio responsablemente.

Cambiar es posible y beneficioso.

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