CONSULTORIO DE FAMILIA

CONSULTORIO DE FAMILIA

Pregunta de la lectora: Mi pareja niega nuestra relación y no acaba de comprometerse conmigo. Si le exijo, me dice que no es mi novio. Sufro mucho porque él me usa solo cuando quiere tener sexo. Pienso mucho en él, lo llamo y le escribo continuamente. Cada vez que nos reunimos me vuelvo a ilusionar. ¿Qué puedo hacer?

Respuesta de la terapeuta: Para que exista una relación de pareja ambos han de tener el mismo nivel de compromiso y de actitud positiva hacia la relación.

Una relación que se fundamenta bajo el principio de la justicia relacional, no abusa del otro como un objeto para su gratificación sexual o personal. Todo lo contrario, sostiene una relación basada en el compromiso, el respeto, la valoración y el reconocimiento.

Ahora bien, hay personas que tienden a obsesionarse con una persona que ha interiorizado como pareja sin serla. Solo existe en los pensamientos y actitudes. Si la otra persona decide aprovecharse de esa oportunidad, lo hace, a sabiendas de que no pasará de ahí.

El tipo de pensamiento obsesivo en estos casos es creerse que puede conquistar, aumenta sus fantasías partiendo de cualquier palabra o hecho que hace interpretar que el otro sí la quiere. Cree que cambiará en cualquier momento para enamorarse de ella.

Quien se obsesiona quiere fusionarse con el otro. No ve las señales de preservación de la individualidad, por eso, llama constantemente, envía mensajes por todos los medios, quiere mantenerse en contacto permanente. Busca por todos los medios ser el centro de atención.

Espera ser correspondida de igual manera, pero como la intención de la otra persona es diferente, reacciona con elevado enojo. Puede atacar y agredir indiscriminadamente.

Suelo indicar en la consulta a este tipo de persona hacer una tabla de dos columnas en las que distinga entre los pensamientos fantasiosos y las respuestas reales del otro que les indiquen el interés y el amor de la persona que considera su novio.

Si el grado de fantasía de posesión es muy elevado puede costarle tiempo y esfuerzo para reconocerlo, pero se puede. Si no lo logra por usted misma, un profesional puede ayudarle a identificar.
La persona posesiva es víctima de sus propias ideaciones y fantasías.

Haga el esfuerzo de hacer el ejercicio. Evite autoengañarse. Será más feliz con usted misma.

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