Consultorio de Familia

Consultorio de Familia

Pregunta de la lectora: Soy una madre muy tradicionalista. Pienso que las hijas deben salir casadas de su casa. Mi hija quiere independizarse y vivir sola. Trabaja y sus ingresos son buenos para mantenerse. Estoy impactada por la noticia. No estoy preparada para aceptarlo. Mi esposo no tiene conocimiento sobre su decisión. No sé qué hacer.

Respuesta de la terapeuta: La actual generación se ha desarrollado en un contexto sociocultural que promueve la autonomía y el empoderamiento de las mujeres, realidad que modifica la autopercepción y autovaloración femenina.
En los últimos 30 años han ocurrido cambios importantes en torno al género femenino. La percepción de las mujeres jóvenes sobre sí mismas son diferentes; se han desarrollo en un entorno social, educativo y político que promueve sus derechos humanos, una realidad que de alguna manera ha incidido en que asuman una idiosincrasia femenina distinta a las madres y las abuelas.
Desde diferentes escenarios, incluso en las carreras de las humanidades, se replantea la individuación de la mujer, cuyas premisas son la autonomía, el acceso al trabajo y la profesionalización. Incluso, la familia estimula a que se logren esos objetivos, sin que se impacten la estructura y el funcionamiento familiar.
Los padres se encuentran ante el desafío de comprender y aceptar los cambios imperantes, no verlos como un desafío a las tradiciones familiares en el sentido de que las mujeres deben salir de sus hogares casadas.
Emanciparse no implica ser desleal a la familia, quizás no responda a las tradiciones y expectativas familiares tradicionales, pero sí a las personales, redefinidas sobre la autopercepción de mujer independiente.
Ahora bien, no se trata de un patrón generalizado en nuestra sociedad. Pueden existir factores familiares que podrían precipitar la toma de decisión, sobre todo si genera los recursos económicos para hacerlo.
Factores precipitantes a tomar en cuenta: conflicto crónico familiar que genera estrés, sentirse incomprendida, control excesivo de los padres que pone en riesgo la autonomía y verse obligada a disponer de sus recursos para el sostenimiento del hogar.
En otros casos, simplemente las mujeres jóvenes quieren disfrutar de su autonomía y planes de vida sin la injerencia de los padres y no necesariamente porque exista algún problema.
Proponga a su hija hablar con ambos y plantear la situación. Es una oportunidad para ofrecer apoyo y conocer su punto de vista sobre su decisión. Se avecina una nueva etapa.

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