Consultorio De Familia

Consultorio De Familia

Soraya Lara de Mármol

Pregunta de la lectora:

Mi hijo adulto está asistiendo a consulta con una terapeuta. Fui a visitarla para hacerle algunas preguntas sobre él, pues quiero saber cuál es el problema. Además, le dije lo que tenía que hacer para ayudarle, conozco muy bien mi hijo. ¿Fue una buena decisión?

Respuesta de la terapeuta:

Muchas madres preocupadas tienden visitar a los terapeutas con el fin de conseguir información acerca del bienestar emocional de su hijo.

La visita puede obedecer a diferentes circunstancias, por ejemplo, una situación de peligro o un consentimiento por parte de su hijo. También puede tratarse de una forma de control.
Lo primero que se debe tomar en cuenta es que se trata de una persona adulta y que, por lo tanto, tiene el derecho a buscar ayuda y a mantener bajo confidencialidad su problema.
Si se trata de un asunto personal o de otra índole no relacionada con la familia no tiene por qué comentarlo a menos que así lo decida.
Si se trata de un tema familiar o asociado a usted, hay que darle la oportunidad de que lo maneje con su terapeuta y luego se lo comunique si es necesario.
El terapeuta también necesita el consentimiento de su cliente para comunicarse con algún miembro de la familia si se encuentra en una situación de riesgo y requiere de protección o cuidado.
Sin duda, que sus comentarios servirán para conocer y ampliar la visión del problema y cómo es la relación suya con su hijo. Toda conducta tiene un valor de mensaje y compromiso.
Le sugiero que comente a su hijo su preocupación y que tomó la decisión de consultar con su especialista. Es probable que se moleste. Usted debe explicarle el motivo de su preocupación y decirle que le gustaría saber qué le sucede.
Recuerde que si no quiere contarle su problema, usted tendrá que aceptar su decisión. Los hijos muchas veces no quieren preocupar a sus padres, pues es una forma de protegerlos.
Además, como su hijo es adulto quiere mantener un límite seguro que le garantice su autonomía. Tener un espacio para pensar y decidir por sí solo.
Dele apoyo y recíbalo en su casa como una madre, él buscará cómo recargarse emocionalmente con su cercanía y compañía, aunque no le comente.
Hágale saber que puede contar con usted y espere.

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