CONSULTORIO DE FAMILIA

CONSULTORIO DE FAMILIA

Soraya Lara de Mármol

Pregunta de la lectora: Soy una mujer adulta. Con cierta regularidad hago consultas médicas con profesionales de diferentes especialidades. Tengo dolores y molestias a las que no les encuentran justificaciones médicas. Algunos me han recomendado asistir a un psiquiatra o psicólogo. No les hago caso. El malestar persiste. ¿Qué usted opina?

Respuesta de la terapeuta: Es importante que se deje guiar por los médicos. Si ellos no encuentran una condición médica, es decir, una enfermedad o algún tipo de trastorno en su organismo, entonces no habrá tratamiento.
La frecuencia de las visitas médicas es un factor importante para tomar en cuenta si se trata de quejas somáticas. Esta refleja el grado de preocupación sobre los aspectos físicos y de salud y el grado de deterioro percibido como consecuencias de los síntomas somáticos.
Estas quejas pueden ir desde malestar físico sin mayor intensidad hasta disfunciones mayores en varios o en un conjunto de órganos. Las preocupaciones acerca de la salud impactan sobre el malestar físico.
Las preocupaciones pueden ser tan intensas y frecuentes que la persona termina creyéndose víctima de una enfermedad grave. Lamentablemente, las personas que se encuentran afectadas rechazan el componente psicológico.
Su autoimagen se centra en ser una persona enferma, se siente incapacitada y asume ese rol de enferma, lo que reduce la posibilidad de mejoría. En estos casos, las personas rechazan el abordaje psicológico.
Literaturas especializadas muestran que las mujeres son más propensas a presentar mayores quejas somáticas que los hombres, por lo que es importante que tome en cuenta su condición, que no solo se trata de una afección física, sino también psicológica.
En su condición es importante tomar en cuenta sus emociones y cómo las siente y expresa. Habría que valorar si detrás de esta condición hay una depresión o ansiedad encubierta que le afecta su funcionamiento y estado de ánimo.
Una gran mayoría de las personas no fueron educadas para tomar en cuenta las emociones, todo lo contrario, negarlas u ocultarlas es la regla. Reprimirlas es peor. Esto no quiere decir que se trate de expresarlas sin ningún tipo de regulación emocional.
Concédase la oportunidad de sentirse bien y reconocer que la salud mental es tan valiosa como la física.
Se ha demostrado que la forma de pensar, la actitud positiva, contar con apoyo familiar o de amistades y la disminución del estrés favorecen la salud de las personas.

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