CONSULTORIO DE FAMILIA. Decepcionada de pareja

CONSULTORIO DE FAMILIA. Decepcionada de pareja

Pregunta de la lectora: Estoy decepcionada de mi pareja. He descubierto muchas cosas que no conocía de él, muchos engaños y mentiras. Creía que podía confiar ciegamente. Desde que lo descubrí le hago preguntas para que me aclare las cosas. Las niega, pero son muy evidentes. No sé qué hacer. Estoy dolida, no quisiera vivir con una pareja en la que no pueda confiar. ¿Puedo hacerme la loca y seguir adelante?

Respuesta de la terapeuta: El cerebro es lo suficientemente egoísta y creativo para no ver aquello que duele. Tiene la capacidad de obviar lo que provoca sufrimiento o malestar. Solo que en algún momento de la vida no se puede seguir obviando lo muy visible.

Para conocer al otro se requiere de un esfuerzo que va más allá de lo simple y cotidiano. La persona se centra en la idea que tiene del otro, en el ideal que quiero para mí como pareja, y deja de prestar atención a aquello que no le gusta. Distorsionar la realidad implica invertir energía y tiempo. Cíclicamente se siente un desgaste emocional.

No se percata de que no ve aquello que no quiere ver. Se puede tardar años en ver al otro como es. Hay que retirar el velo de lo ideal.

Se tiende a embellecer aquello que resulta difícil de enfrentar. Se toma o elige del otro aquellos aspectos que parecen los mejores, los más buenos, sirviendo estos como reforzadores. Se puede decir: “Él no es tan mentiroso como parece”, “Es muy bueno, el problema es solo ese”, “Es muy bueno, no le prestaré importancia”, “Es posible que me haya mentido para no hacerme sufrir”, entre otras valoraciones. Así transcurre en el tiempo y no se enfrenta la situación. No se dice lo que se percibe.

El otro se da cuenta de que no reacciona ante lo que ocurre ni a las mentiras que le dicen. Ambos se adaptan y esto se convierte en un patrón de interacción que perdura. Develar las mentiras y engaños conlleva oleadas de emociones fuertes.

En la relación de pareja suceden encuentros y desencuentros que nutren o secan la idea que se tiene del otro. Lastima cuando se renuncia al ideal de pareja. Es razonable decir a su pareja que quiere una relación sincera, honesta, comprometida y leal.

Él tendrá que demostrarle razones por las que puede volver a confiar.

 

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