Pregunta de la lectora: Estoy muy agradecida de mis padres. Los amo con todas mis fuerzas. Como pareja tienen conflictos. Generalmente, mi madre trata de contarme los problemas que tiene con mi papá. Me siento mal. Los quiero a ambos. Quiero independizarme. Trabajo y puedo vivir sola, así no me involucran. ¿Está bien que me independice y comience a valerme por mí misma?

Respuesta de la terapeuta: En nuestro país, las personas que sobrepasan los 24 años, que han terminado su carrera, trabajan y devengan un salario que les permita vivir modestamente, pueden optar por independizarse de sus padres.
Muchas familias en nuestra cultura tienen la creencia de que los hijos, sobre todo las hembras, deben salir casadas o en concubinato de su hogar, creencia que con el tiempo ha ido cambiando considerablemente.
Jóvenes de ambos sexos alquilan habitaciones o apartamentos tipo estudio para iniciar su camino hacia la adultez, aprender a valerse por sí mismos y definir el estilo de vida que quieren llevar.
Quizás el sentirse involucrada en los conflictos no resueltos de sus padres precipite su salida de su entorno próximo familiar.
Percibir que forma parte del problema conyugal, le genera malestar emocional, dado que se le podría exigir que tome partido por uno o por el otro y sentirse atrapada en un conflicto de lealtad.
La consecuencia de aliarse con uno en contra del otro afecta la relación y usted termina distanciándose del progenitor que se considera la fuente del problema.
Es recomendable en estos casos que los hijos, lo más que pueden hacer por ambos es recomendarle buscar ayuda si no pueden resolver sus diferencias maritales.
Los hijos sufren al ver a sus padres en una desavenencia constante, fuente de displacer.
Cuando los hijos les dicen a sus padres que busquen ayuda, que no les cuenten sus problemas porque sufren al verlos así, es muy probable que se responsabilicen de encarar y resolver el problema.
Ellos decidirán que harán con sus vidas.
La responsabilidad de los padres es garantizar la estabilidad, el bienestar, la seguridad y la confianza, tanto de ellos como la de sus hijos, función principal de los padres.
Si usted decidió mudarse, hable con ellos y coménteles el paso que dará y cómo procederá para que reconozcan que usted es una persona responsable y capaz de asumir esta etapa de su vida sin la sobreprotección de ellos.