CONSULTORIO DE FAMILIA. La mujer actual y la mujer de treinta años atrás

CONSULTORIO DE FAMILIA. La mujer actual y la mujer de treinta años atrás

Pregunta de lectora: Cree usted que la mujer actual se diferencia significativamente de la mujer de treinta años atrás. De ser así, ¿a qué cree que se deban esos cambios? ¿Qué gana la mujer con los cambios que pueda favorecer a la pareja y la familia?

Respuesta de la terapeuta: A parir de los años ochenta hasta hoy día, la mujer ha incorporado cambios importantes en su vida. Este periodo se destacó por el auge del feminismo en República Dominicana y movimientos artísticos, entre otros factores.
Las universidades fueron ocupadas por mujeres hasta el día de hoy. Hubo un mayor acceso al trabajo y a la actividad pública. Mujeres comenzaron a destacarse en el mundo de la política.
En esa época se comenzó a hablar y a concienciar sobre la igualdad y equidad de género como derechos de las mujeres. Se inició un proceso gradual, pero sostenido, que cuestionaba los estereotipos femeninos y masculinos, como construcciones de tipo cultural que subordinaban a las mujeres ante una masculinidad poderosa y dominante.
El discurso sobre la igualdad entre mujeres y hombres se constituyó en un fenómenos social y político que incidió para que nuestro país firmara acuerdos internaciones para erradicar toda forma de discriminación, exclusión y violencia contra las mujeres.
Posteriormente, se promulga la Ley 24-97, que protege a la mujer de cualquier forma de violencia. En el 2010, la Constitución, expresa que el Estado debe garantizar la sanción a toda forma de violencia ejercida contra la mujer por su condición de género.
Acciones de tipo político, social y cultural comienzan a incidir en las mujeres; experiencias dolorosas sufridas en el mundo privado, íntimo, salen a la luz y son consideradas como un delito.
La mujer, décadas posteriores, comienza a percibirse sujeta de derechos, con mayor libertad para estudiar y trabajar. El número de hijos comienza a disminuir y las familias monoparentales comienzan a ser aceptadas socialmente.
Los cambios son favorables, la mujer comienza a interiorizar otra imagen de sí misma, más activa y se apropia de otros espacios públicos en los que puede desarrollarse.
Gradualmente el hombre comienza a aceptar, convivir y a relacionarse con la mujer como iguales, con los mismos derechos y en marco de solidaridad y mutua ayuda.
Las parejas conscientes de este proceso se muestran más colaboradoras, aportan a la economía familiar y disfrutan de mejor calidad de vida.

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