CONSULTORIO DE NUTRICIÓN

CONSULTORIO DE NUTRICIÓN

P: ¿Existe alguna dieta especial para los pacientes con Esclerosis Múltiple?

R: La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad inflamatoria crónica, autoinmune, progresiva, de etiología desconocida, que desmieliniza el sistema nervioso central. Afecta a 2.5 millones de personas en el mundo, sobre todo adultos jóvenes, y provoca: pérdida de la sensibilidad, fatiga severa, debilidad y parálisis muscular, visión borrosa o doble, mareos, depresión, etc.

Un 50-75% de los pacientes con EM utilizan dietas especiales o suplementos nutricionales (omega-3, vitamina D, complejo B, antioxidantes, etc), pero hasta el momento las evidencias científicas no sustentan esta práctica (Bagur MJ, Adv Nutr 2017).
1- La dieta mediterránea (DM) es rica en granos integrales, frutas, vegetales, leguminosas, aceite de oliva, nueces y pescados grasos; baja en mantequilla y otras grasas animales, carnes rojas y productos lácteos; y permite el consumo moderado de vino tinto con las comidas. La EM no mejora con esta dieta.
2- La dieta paleolítica es baja en grasas saturadas, y rica en fibras, alimentos naturales, carnes de cacería (30-35% de la energía total), cereales, frutas, raíces, leguminosas y nueces. Según un estudio observacional los pacientes con EM mejoraron la fatiga progresiva (Bisht, BJ Altern Complement Med 2014)
3- La dieta libre de gluten (elimina trigo, cebada, centeno y sus derivados) tampoco ofrece beneficios en la EM (Hadjivassiliou M, Neurology 2005)
4- La dieta de Swank es baja en grasas saturadas (15 g/día), con 20-50 gramos de aceites vegetales (insaturados), sin carne de res durante el primer año, y luego permite 3 onzas/semana; favorece el consumo libre de pescados blancos y mariscos, e incluye aves sin piel, cereales integrales, frutas y vegetales. Un estudio observacional durante 20 años sugiere que esta dieta disminuye las recaídas, la incapacidad y la mortalidad en los enfermos con EM (Swank, Arch Neurol 1970).
5- La dieta vegana de McDougall es baja en sal, abundante en cereales, papas y leguminosas, con poco azúcar; y consumo libre de frutas y vegetales. No mejora la EM (McDougall, Nutr J 2014).
Recomendamos una alimentación saludable a base de frutas, vegetales y granos integrales, pescados grasosos, nueces y aceite de oliva; baja en grasas saturadas (carnes de aves sin piel) y sal; sin azúcares y libre de alimentos procesados.

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