P: ¿ Qué es la Ortorexia Nerviosa y cuáles son sus riesgos para la salud?

R: La Ortorexia Nerviosa es una obsesión por el consumo de alimentos saludables. La palabra ortorexia viene del griego «ortho» (derecho, correcto) y «orexia» (apetencia). Se inicia como un inocente intento de comer más saludable, pero el ortoréxico se fija más en la calidad y pureza de los alimentos que en el placer que provoca su ingestión; y al final, el deseo por comer sano se vuelve más obsesivo sobre qué comer, cómo comer y qué hacer frente a cualquier transgresión alimentaria, aplicándose autocastigos. Rechazan las carnes, las grasas, los alimentos cultivados con pesticidas o insecticidas, y los que contienen aditivos.

Este trastorno es más frecuente en mujeres, físicoculturistas y personas famosas. Por ejemplo: Mel Gibson no come pechuga de pollo para que no le crezcan los senos; dicen que la cantante y actriz Jennifer López sólo come tortillas hechas de claras de huevo; y el fenecido actor Marlon Brando sólo comía yogures previamente certificados de que no tenían grasa.

Estas personas envuelven su autoestima en la dieta, y con frecuencia se sienten superiores a los demás, en relación a su alimentación; pasan más de 3 horas diarias pensando en la comida saludable. Mientras el anoréxico desea perder peso, el ortoréxico desea sentirse puro, saludable y natural.

Su problema radica en que su dieta puede ser poco saludable, y además, pueden aislarse socialmente, ya que planean su vida alrededor de la comida. No aprenden a comer intuitivamente, como las demás personas, en respuesta al hambre y la saciedad.

La aparición de la ortorexia está influenciada por el culto a la belleza, practicado en esta sociedad moderna, donde se condena el sobrepeso y se exalta la delgadez. Además, estos sujetos se dejan llevar por las advertencias hechas por algunos productores, muchas veces exageradas, en el sentido de que tal o cual alimento no debe consumirse porque es perjudicial para la salud. Ejemplos: miedo a consumir las grasas trans por temor a sufrir del corazón, o rechazo a ingerir azúcar por el riesgo de hacerse diabético.

Las consecuencias para la salud son: pérdida de peso, anemia, déficit de micronutrimentos, hipovitaminosis, hipervitaminosis, desnutrición, osteoporosis, hipotensión y riesgo de muerte.

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