Consultorio Ecológico

Consultorio Ecológico

Eleuterio Martínez

P. Profesor, ¿cómo resarcir el impacto del corte de árboles en la Plaza de la Cultura?

R. Siempre es posible enmendar errores, pero hay casos y casos. El detalle reside en la particularidad.
Estamos contestes en que La Plaza de la Cultura, a sus 45 años de existencia, amerita, reclama y resulta oportuna una readecuación, remodelación y actualización si se quiere, del conjunto arquitectónico y de infraestructuras conexas; pero ello no justifica la magnitud de los impactos creados y que afectaron su arboleda.
Muchos de los árboles derribados distaban bastante de las edificaciones y al menos la mitad, pudo ser podados o acondicionados para armonizar con el entorno y las edificaciones. La naturaleza obedece leyes, no criterios técnicos. A veces es necesario, pero no siempre es aconsejable borrarlo todo para hacerlo de nuevo.
Al igual que el Centro Olímpico, la Plaza de la Cultura, concebidos visionariamente medio siglo atrás y los más idóneos pulmones del centro capitalino, los mejores exponentes del verde necesario e indispensable de esta urbe primigenia de las Américas, cuyo patrimonio trasciende nuestra generación, por la imposibilidad de crear algo igual o parecido.
En ambos casos, hay una saturación de infraestructuras, por lo que el verde no puede seguir sacrificándose en favor de nuestra visión meramente antropocéntrica, pero en desmedro de la naturaleza y compitiendo con otros intereses y derechos meramente humanos, como la salud y la calidad ambiental que nunca andan por separados, así como la amenidad, el solaz y elevación del espíritu que solo ella, natura, puede hacerlo con tanta autenticidad e idoneidad.
Atendiendo a la visión revolucionaria de nuestro Ministro de la Cultura, expresada en la diversidad de campos que actualmente se están cubriendo y la restauración física de valores artísticos, históricos y culturales; nos atrevemos a invitarlo a pensar como ciudadano del mañana, como los futuros citadinos que vendrán de relevo a ocupar el espacio que ahora disfrutamos de este terruño, de esta naturaleza superhumanizada de la segunda plataforma marina,conformada por la planicie Mirador del Sur – Conservatorio Nacional de Música – Palacio Nacional; para ampliar físicamente el actual espacio de la Plaza de la Cultura.
¿Cómo hacerlo? Pidiéndole al Presidente de la República, conforme a la Constitución, declarar de utilidad pública los terrenos actualmente hábiles ocupados anteriormente por la Embajada Estadounidense, para que la Plaza de la Cultura se extienda horizontalmente entre Máximo Gómez y Leopoldo Navarro, creando conectividad con el Banco Central – Huacal – Hacienda.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas