P. Profesor, ¿son apropiadas las medidas adoptadas por las autoridades para solucionar la crisis del agua en Baní?
R. Como medida de emergencia sí, pero no a largo plazo.
El Indrhi acaba de informar a los banilejos que ha recibido los recursos necesarios para solucionar la crisis del agua de riego en la provincia Peravia y que ya está en proceso la adquisición de las máquinas perforadoras y equipos de bombeo para la construcción de pozos tubulares en diferentes puntos de esta demarcación y en particular, en aquellos lugares donde la agricultura y la ganadería están al borde del colapso por la falta de agua.
No podemos llamarnos a engaños y creer que la construcción de pozos para extraer agua del subsuelo en grandes volúmenes, puede ser una solución definitiva para una zona tan demandante de este recurso, como lo son las provincias Peravia y San Cristóbal. Esta puede ser una salida temporal con una medida extrema al no existir otra alternativa más idónea.
En los acuerdos firmados por el país en la Cumbre para la Tierra de Brasil – 92 y múltiples foros internacionales con igual o mayor categoría, las naciones se comprometen a conservar sus reservas de agua subterráneas, recurriendo a ellas solo en medidas extremas, pues su explotación entraña el peligro de la intrusión de las aguas marinas, disminuyendo su calidad o haciéndola inútil para el consumo humano o salinizando los suelos en caso de su uso en la agricultura.
Solamente en sitios especiales donde la recarga acuífera es lo suficientemente alta y la extracción nunca sobrepasará sus niveles, se puede utilizar las aguas subterráneas y ojalá ese sea el caso de la provincia Peravia y el lugar donde se construirán tales pozos.
Ahora bien, los banilejos han propuesto a las autoridades competentes, reducir los volúmenes de agua que se sirven a la capital dominicana a través del Acueducto Valdesia – Santo Domingo, el cual utiliza prácticamente la mitad de toda el agua que produce la Cuenca Nizao.
La solución definitiva a este problema requiere de medidas orientadas a aumentar la captación de agua de la cuenca Nizao y hacer un ordenamiento racional de este líquido. Los banilejos tienen razón en su solicitud, porque están dentro de su cuenca y aunque el consumo humano es un uso prioritario, tarde o temprano, Santo Domingo tendrá que auxiliarse de otros medios para satisfacer su creciente demanda de agua.