P. Profesor, ¿qué singularidad o riqueza tiene Loma Miranda que no esté representada en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas y por las cuales deba ser un Parque Nacional?

R. Loma Miranda tiene personalidad propia y con sobrados atributos para ser un área protegida, y en específico, un parque nacional. Pero ¿qué es lo que distingue a este espacio natural de la geografía dominicana y que ningún área protegida del SINAP puede representar con tanta idoneidad?

En primer lugar, en Loma Miranda se acaba de descubrir el género Goetzea, el cual fue reportado por Erick Leonard Eckman en territorio haitiano en 1929 y desde entonces no se conocían nuevos reportes, aunque en Puerto Rico se sospecha su existencia y se presume que también pueda aparecer en la región oriental de la República Dominicana, pero probablemente con otras especies y no con la Goetzea eckmanii, como fue reportada originalmente.

Este hallazgo científico que acaba de reportar el presidente de la Academia de Ciencias de la República Dominicana, el eminente botánico y taxónomo de renombre internacional en este campo Milcíades Mejía, es todo un acontecimiento digno de celebrar más allá del ámbito académico. Es decir, descubrir en Loma Miranda un género botánico que tenía casi 90 años sin reportes, no es para celebrarlo entre especialistas y entendidos en la materia, sino que a todos los dominicanos debe llenarnos de alegría y de asombro.

¿Cómo se concibe que un ecosistema cordillerano como Loma Miranda, por demás reducido y en el plano basal de la Cordillera Central, con los niveles de degradación ambiental sufridos por la cobertura boscosa en los últimos 60 años, todavía pueda presentar sorpresas tan grandes como un género que se creía desaparecido, por lo menos en el territorio nacional?

El descubrimiento de este tesoro ecológico, por si mismo, merece que Loma Miranda sea considerada como una de las áreas protegidas más emblemáticas que representen al SINAP. Ya hemos expuesto que esta montaña, de reducidas dimensiones, con apenas el 0.001%, posee la mitad de todas las familias botánicas que tiene la isla La Hispaniola completa.

El inventario de la biodiversidad de Miranda ilustra algo grandioso y fuera de serie: son 483 especies botánicas, con 318 géneros y 98 familias; mientras que la fauna está definida por 31 especies de aves, 19 reptiles, 7 mamíferos, 11 anfibios, 29 insectos, 9 peces y una variedad indeterminada de moluscos.