Consultorio Familia

Consultorio Familia

Pregunta del lector: Estoy sufriendo mucho. Mi esposa se separó de mí porque descubrió que tenía una familia paralela. Mis hijos se quedaron conmigo al principio. Luego se fueron a vivir con su mamá. Pensé que ellos se quedarían conmigo. Soy buen padre y me preocupo por ellos. Les doy todo lo que está a mi alcance. Quiero que vuelvan conmigo. Mi pareja actual es buena. ¿Qué me recomienda?

Respuesta de la terapeuta: Cuando situaciones como estas ocurren todo el sistema familiar sufre y se reestructura. El impacto emocional se expande, como cuando arrojamos una piedra y las ondas van creciendo y extendiéndose por un largo período. Las consecuencias son a corto, mediano y largo plazo. La primera reacción de la familia es de shock, todos quedan paralizados y atormentados. La reactividad emocional se dispara. Hay llanto y discusiones y a los hijos les cuesta entender lo que sucede. No creen que su padre fuera capaz de tener una familia paralela, por la que se serían sustituidos.

El conflicto de lealtad que se activa es crítico. Los hijos se sienten engañados y traicionados por el padre, de quien tenían una imagen intachable. Sufren al ver a su madre llorar y desmoronarse. Se sienten atrapados entre el amor al padre y dolor sufrido por su acción.

Quedarse a vivir con el padre y la pareja que estuvo en la relación triádica , les cuesta. No pueden elegir vivir con el padre y la que fue su amante, por lo menos en un principio. Sufren si ven al padre mostrando atenciones para ella que no tuvo con su madre. Ver las atenciones hacia el nuevo bebé podría generarles celos al verlo jugar o dar caricias a una criatura que aún no han asimilado como medio hermano.

Lo más prudente es que usted comprenda a sus hijos y les pida perdón. Ellos también merecen ser subsanados.

Llévelos con calma hasta tanto asimilen toda la información. Tratar de imponerle una pareja que modificó su estructura familiar es delicado. La lealtad es mayor hacia la familia originaria, no hacia la sustituta, a pesar de que la considere una mujer buena.
Permita que sus hijos hagan el proceso gradualmente y a su tiempo, no al de los adultos.

Mantenga el vínculo afectivo. Reúnase en un lugar neutral con ellos. Poco a poco comprenderán su parte.

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