John Tozzi
Las personas que dijeron haber consumido comida rápida en las últimas 24 horas tenían niveles elevados de algunas sustancias químicas industriales en sus cuerpos, según reveló un nuevo análisis de los datos de las encuestas federales sobre nutrición.
El estudio es el primer acercamiento un poco más amplio a la forma en que la comida rápida puede exponer al público a ciertos productos químicos, llamados ftalatos o ésteres de ácido ftálico, que se utilizan para fabricar plásticos más flexibles y duraderos.
Estas sustancias químicas, que no son propias de la naturaleza, son comunes en los cosméticos, jabones, envasado de alimentos, revestimientos de pisos, persianas y otros productos de consumo. El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades dice que “la exposición al ftalato está ampliamente difundida en la población de Estados Unidos”.
A pesar de que no se conocen completamente las consecuencias sanitarias que podrían tener estas sustancias, los científicos se han centrado cada vez más en sus efectos sobre la salud y el desarrollo, en especial de mujeres embarazadas y niños.
La investigación en ratas ha demostrado que pueden perturbar el sistema reproductor masculino, y hay evidencia de efectos similares en los seres humanos.
Las investigaciones más recientes sugieren que la comida rápida es una fuente significativa de estas sustancias químicas, las cuales pueden filtrarse a los alimentos a través de la maquinaria utilizada en la elaboración o el envasado, o bien a través de los guantes que usan los trabajadores.
“En este momento hay pocas opciones para las personas que están interesadas en reducir su exposición, y tampoco hay una gran regulación” sobre los ftalatos, dijo Ami Zota, profesora adjunta de salud ambiental y ocupacional en el Milken Institute School of Public Health de la Universidad George Washington.
En los Estados Unidos las investigaciones se realizan una vez que los productos están en circulación en el comercio, en lugar de hacerlas antes”, dijo.
Estudio y análisis. Zota y sus colegas de la Universidad George Washington analizaron los datos de casi 9.000 personas que participaron en las encuestas federales sobre nutrición entre los años 2003 y 2010.
Los participantes respondieron a preguntas detalladas sobre la comida que habían consumido en las últimas 24 horas y proporcionaron muestras de orina que fueron analizadas en busca de subproductos que indicaran la presencia de tres productos químicos.
El estudio se publicó en la revista Environmental Health Perspectives, que cuenta con el respaldo de los Institutos Nacionales de Salud.
El último estudio se basa en encuestas instantáneas, en lugar de hacerlo en el seguimiento de las personas a través del tiempo.
Por lo tanto, no se puede establecer que el consumo de comida rápida sea la causa de los elevados niveles de ftalatos en las personas, pero la relación es fuerte. Tampoco nos dice nada concreto acerca de los efectos sobre la salud por la exposición potencial a las sustancias químicas derivadas del consumo de comida rápida.
Zota dijo que las personas interesadas en reducir su exposición, “sigan su sentido común, ya que este les permitirá llegar lejos. Consuman comida orgánica cuando puedan. Si no pueden, traten de comer verduras frescas”, agregó.
“Traten de alimentarse de la parte baja de la cadena alimentaria”, expresó la experta.