JANIE McCAULEY
Associated Press
OAKLAND, California
La maldición deportiva que pesaba sobre Cleveland ha terminado. LeBron James y Kyrie Irving se encargaron de conjurarla.
James aportó un «triple doble» e Irving embocó un disparo crucial de tres puntos a 53 segundos de que concluyera el encuentro para que los Cavaliers vencieran 93-89 a los Warriors de Golden State en el séptimo partido de la final de la NBA.
Es el primer título deportivo relevante que consigue cualquier equipo de Cleveland desde que los Browns se coronaron en 1964 en el fútbol americano.
James cumplió la promesa que hizo hace dos años, de conquistar un título para la ciudad, cercana al lugar donde nació en el noreste de Ohio, para poner fin a una sequía de 52 años.
Y el astro es echó sobre las espaldas el desempeño del equipo para lograr que reaccionara en la serie. Emocionado, James se desplomó cuando sonó la bocina que marcó el final del duelo.
James totalizó 27 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias. Irving finalizó con 26 unidades por Cleveland, que perdía la serie por 3-1 y logró una remontada que ningún equipo había conseguido en estas instancias.
Los Cavaliers lograron toda una hazaña, al ganar dos veces en seis días dentro de la complicada arena de Golden State.
Apenas unos segundos antes de que se consumara la victoria, James se retorció de dolor, tendido sobre la cancha, a raíz de una falta que le cometió Draymond Green cuando intentaba una clavada.
Pero James volvió para convertir el segundo de dos tiros libres, a 10,6 segundos de la finalización.
En su contribución más valiosa, Irving atinó un triple ante Stephen Curry, el Jugador Más Valioso de la temporada, cuando faltaban 43 segundos.
Curry se sentó por un momento en el banquillo, pero ingresó después de que los Warriors lograron su último enceste, con 4:39 minutos por disputarse.
Green totalizó 32 puntos, 15 rebotes y nueve asistencias, pero la campaña de los Warriors, que marcó un récord, terminó sin el único logro que les interesaba, el bicampeonato.