Corrupción en los E.U.A.

Corrupción en los  E.U.A.

No solo los descendientes de los “taínos” somos el paradigma de la corrupción; también el “en país del norte” se dan episodios de esta práctica que es más antigua que “el oficio más emblemático” de la humanidad: La prostitución.
Establecer diferencias abismales entre ambas es un mero ejercicio intelectual, ambas son tan deleznables y espurias, más allá de una simple definición.
Bryan Weaver, un activista del partido Demócrata, la describe magistralmente al aseverar lo siguiente:
“Los políticos de Washington han desarrollado una sofisticada cultura de la corrupción, dentro de la modalidad de “dejar pasar” eventos neurálgicos de la política norteamericana”. En otras palabras, el “lapsus ético” está a la orden del día.
Sin embargo, el marco operativo de esta conducta ha evolucionado étnica y económicamente.
La concentración del poder económico descansa en una élite de empresarios lobistas y políticos con mucho poder que han desplazado a los “tradicionales” del entorno clientelista de Washington. De ahí el surgimiento de una “cultura urbana” que ha cimentado las bases de un crecimiento comercial, que compite con las atracciones culturales e históricas de esa gran urbe.
Las mayorías étnicas de los afroamericanos se diluye ante la invasión de las ascendencias asiáticas y latinoamericanas, en los ámbitos comerciales, académicos y políticos.
Este surgimiento de “nuevos actores” ha establecido nuevas pautas para el proceso de lobismo, en las esferas del poder político de Washington. Como consecuencia, el cabildeo tradicional de los “blancos” ha sido suplantado por el poder económico de ellos, aupados por la claque demócrata neoliberal.
En mis consuetudinarios viajes a esa urbe, he podido constatar un surgimiento dinámico de los latinos y asiáticos. La mayoría de los restaurantes, tiendas artesanales, turoperadores, cadenas hoteleras, etc. son operados por ellos y representan el 52% de la actividad económica de Washington.
Ahora bien: ¿Dónde radican los “nuevos términos de intercambio” de la corrupción en esa urbe?:
1- Las embajadas de estos países están muy activas en los foros académicos y congresionales.
2- Las compañías más relevantes, en el ámbito de la construcción, tecnología e intermediación financiera, tienen una agenda muy agresiva en las esferas del poder de Washington.
3- Las calificadoras de riesgo financiero dependen cada día más del capital furtivo de esos países, por lo que las impulsa a un lobismo más agresivo en favor de esos intereses.
4- La coima, como tal, no es un instrumento de escarnio y objeción; se ha convertido en un “instrumento” de desarrollo e inversión en estos países, con el agravante de la impunidad legalizada.
El político estadounidense ha descubierto que lo que es “objetable” en su país, es “costumbre” en otros países. De ahí que, los esquemas de la corruptela ya no se generan en Washington, si no “offshore”.

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