Tener sexo en un avión es una fantasía con la que muchas personas han soñado a lo largo de su vida y que sólo unos pocos han hecho realidad, según pudo comprobar hace unos meses el potente buscador de vuelos y hoteles Jetcost por los resultados de varias encuestas que realizó. En una de ellas, uno de cada seis pasajeros reconocían haber tenido un encuentro sexual durante un vuelo mientras que en otra un 14 % de los tripulantes de cabina reconocía haber tenido relaciones sexuales con algún pasajero en el avión.

Un “polvo” de altos vuelos a 300 kilómetros por hora. Eso es lo que promete una compañía norteamericana a sus clientes. Al menos, a los que puedan pagárselo, ya que su precio oscila entre los 799 dólares y los 1 399 dólares, dependiendo del recorrido del avión y del tiempo en vuelo.
Para todos aquellos que no han cumplido esta fantasía porque tienen miedo a ser pillados o los que lo han hecho y que reconocieron que fueron sorprendidos, la compañía Love Cloud ha creado un servicio privado que consiste en sobrevolar la ciudad de Las Vegas en una avioneta especialmente acondicionada para la ocasión.

París se va a la playa  a orillas del Sena con seguridad

PARÍS, AFP- “Esta playa es maravillosa” dice Ana Scoralick, turista de Minas Gerais acostada en la arena. No está en una playa brasileña, sino en París, a orillas del Sena, y dice no temer a los atentados. La capital francesa inauguró ayer bajo estrictas medidas de seguridad su programa estival “París Plages” sobre la margen derecha del Sena y en el estanque de la Villette, en el norte de la capital.

Unas 3 500 toneladas de arena, 50 palmeras, 900 reposeras y 450 sombrillas fueron desplegadas. La cantidad de turistas que llegan a París por avión mermó un 11 % desde enero pasado, y los operadores no midieron aún el impacto del atentado que la semana pasada sembró la muerte en el Paseo de los Ingleses de Niza, emblema turístico de la Costa Azul. En ese contexto, mantener el programa de actividades de “París Plages” resultaba un desafío.