Costa Rica cerró el mes de octubre con un cúmulo de malas noticias para su situación financiera, «insostenible», según el propio presidente del banco central, Rodrigo Cubero. Las tensiones fiscales depararon esta semana una depreciación leve pero repentina del colón, un alza en las previsiones de inflación y una más necesaria que nunca subida de las tasas de interés para contener los malos augurios sobre los precios. Señales que, conjuntamente, amenazan con neutralizar el buen desempeño de una de las economías más prósperas y con mejores indicadores sociales de América Latina.
El alto déficit fiscal está haciendo insostenible la situación financiera de Costa Rica, según ha reconocido el gobernador del Banco Central de ese país, Rodrigo Cubera, la cual ha comenzado a manifestarse en una depreciación del colón, la moneda local, y en incrementos de precios.
El déficit fiscal de Costa Rica alcanza el 7% del Producto Interno Bruto (PIB) y el endeudamiento del sector público llega al 54%, el doble que hace una década.
Ante esa situación el presidente Carlos Alvarado (centroizquierda) clama por la aprobación de una reforma fiscal que frene el deterioro creciente de las finanzas.
Mientras, el Ministerio de Hacienda reportó un pírrico crecimiento anual de 1% en la recaudación fiscal lograda en los nueve primeros meses de 2018. Las últimas proyecciones apuntaban a un crecimiento del 3% este año, pero la economía costarricense no deja de dar importantes señales de enfriamiento.
“En paralelo, los gastos del Gobierno en salarios, deudas e inversión social aumentaron 7,3% hasta septiembre. La ecuación está cada vez más lejos de calzar y, si nada cambia, la deuda pública de hoy —30.000 millones de dólares— podría superar el 100% del PIB de aquí a una década, advierte Cubero”, revela una publicación del diario español El País.
“El país no aguanta más la situación”, repetía la semana anterior la ministra de Hacienda, Rocío Aguilar. Lo ha dicho decenas de veces esta mujer al que dirigentes sindicales del sector público repudian por los planes para recortar gasto público contenidos en la reforma fiscal. Por ello los sindicatos de maestros sostienen su octava semana de huelga y han impedido completar el curso lectivo para decenas de miles de estudiantes.
Ante la insuficiencia de liquidez, en septiembre el Ministerio de Hacienda pidió un préstamo especial al Banco Central de Costa Rica (BCCR) por el equivalente a 830 millones de dólares que debe repagar enteramente en un máximo de dos meses. Si logra conseguir los recursos.