En su discurso ante el Congreso Nacional el Presidente Danilo Medina dijo que su prioridad en el 2013 es crear empleos productivos, con inversiones públicas y préstamos a micros, pequeñas y medianas empresas. Lo primero aporta un empleo temporal y lo segundo duradero, ambos productivos. Quiere distanciarse del Gobierno de Leonel Fernández (2005-2012), que no obstante la cantidad de impuestos y préstamos gastados para que el PIB aumentara 53.5%, como promedio anual 6.7%, solo sirvió para crear empleos informales, pocos productivos y bajos salarios. Del total, el 69% de los empleos fueron informales, temporeros, explicando por qué, cuando entregó el poder en el 2012, en el país habían cuatro millones de pobres, equivalentes a 41% de la población total (9.7 millones), superando en diez puntos porcentuales el nivel de 2000, cuando los pobres eran 2.6 millones y la población total de 8.3 millones.

También se diferencia cuando afirma que el poder es para servir, mejorar la vida a la gente, y cuando puntualiza que cumple sus promesas. Leonel no solo prometió cosas que nunca cumplió, sino que prefirió delegar casi toda la administración, empeorando la constante histórica de que en el país los ricos controlan el poder. Es la razón por la que el 20% más pobre apenas obtiene 4% del ingreso, y que en el 2012 ocupamos el lugar 24 en el mundo con un coeficiente Gini de 0.50. Que dejara la pobreza extrema en dos dígitos, hasta el punto de que una familia en esa condición compuesta por 4.8 miembros, con un ingreso mensual de RD$9,554, no podía comprar la canasta básica que tenía un costo de RD$17,133 según datos del Banco Central.

El Banco Mundial se dio cuenta de nuestra realidad un poco tarde, en su informe de enero advierte que la pobreza no cedió, mientras con un menor crecimiento del PIB América Latina la redujo a 31%, el porcentaje que teníamos en el 2000. Que pertenecemos al grupo de países con una población de clase media por debajo de la pobre. Es decir, la prosperidad no llegó a los bolsillos de la gente, a pesar de que debido a una mejor productividad del trabajador, el ingreso per cápita corriente acumulado del dominicano aumentó 83.7% y 10.5% como promedio anual y, sin embargo, en el 2012 el ingreso real del trabajador fue 25% inferior al del 2000. Si no se produjo una respuesta social rechazando la exclusión económica y el aumento de la concentración de ingresos, se debió a la campaña millonaria (2005-2012) pagada con fondos públicos, atribuyendo a otro Gobierno la culpa de la alta pobreza.

Aunque no lo hizo de manera directa, los números fueron criticados por el Presidente Medina, sin dudas a ellos se refería cuando dejó dicho que no se habían traducido en mejores condiciones de vida, cuando prometió cambiar el modelo de crecimiento y empleo, para romper el círculo de pobreza y exclusión, para un “modelo de desarrollo que ponga a las personas, familias y comunidades en el centro de todas las políticas”. Tardará varias administraciones ver los resultados del cambio, lo importante ahora es haber iniciado el proceso, con el reto de cómo crear los empleos productivos.