Creación. XX Concurso del Banco Central de Arte y Literatura

Creación. XX Concurso del Banco Central de Arte y Literatura

Los concursos de arte florecen en nuestra vida cultural, trátese de competiciones nacionales o institucionales, abiertas a todas las edades o a los jóvenes, a profesionales o aficionados, proponiendo un tema o de inspiración libre. Gran parte de ellos perduran, se repiten, se renuevan, siendo la Bienal de Artes Visuales su máxima expresión y la más discutida.

Entre los certámenes institucionales, el Concurso de Arte y Literatura, organizado por el Banco Central, demuestra solidez y constancia, celebrándose anualmente con puntualidad, fiel a su meta de estimular la creación y el amor al arte entre los miembros del personal.
El 2016 ha sido el año de la vigésima edición. Ciertamente, se trata de un logro excepcional, y ha podido suceder por el entusiasmo de los participantes – funcionarios y empleados en ejercicio o ya pensionados-. Ahora bien, esa continuación, ese interés, ese compromiso no existirían sin la convicción y el respaldo activo de la máxima autoridad del Banco, el gobernador Héctor Valdez Albizu, y la dedicación del director del Departamento Cultural, José Alcántara Almánzar.
El Banco Central despliega una actividad cultural, artística y editorial, extensa e intensa, conforme al concepto contemporáneo de que la economía y la cultura están ligadas necesariamente.

La exposición. La tercera planta de la llamada “vieja sede” del Banco Central -obra arquitectónica de José Antonio Caro Álvarez- se destina exclusivamente a fines culturales y educativos: biblioteca y sala de lectura, archivos y depósitos bibliográficos, museo numismático y sala filatélica, oficinas –ejecutivas y secretariales– correspondiendo a estos servicios. También cuenta con una sala de exposiciones, y es allí donde se presentan las obras del Concurso de Arte, con sus tres categorías: Pintura, Dibujo, Fotografía.

En la Pintura, sigue destacándose el realismo, pero al lado del bodegón –género preferido– han surgido composiciones que se distancian de la tradición. Así, el “Saco-e-papa” de Rafael Elías Hernández es impresionante en su fotorrealismo y enfoque animado e intenso, la “Pasión por las artes” de Manuel Concepción, descriptiva y minuciosa, parece un ambiente autobiográfico, y los “Manglares” de Hilda Andreína Santos, de colorido sutil, adquieren una dimensión dramática.

Por cierto, Hilda Santos, como ha sucedido con varios participantes –casi siempre jubilados–, ha pasado de la simple afición a una actividad casi profesional, y, en el conjunto de los dibujos, su premiado paisaje al pastel, revela técnica, delicadeza y dominio del espacio.

Más que el Dibujo –menos concurrido este año–, la Fotografía es, desde que se instituyó, la categoría triunfante en cantidad de obras y búsqueda de impacto visual, desde la tierra, el mar y las aves hasta la ciudad, el barrio y la gente. Se destacan la sensibilidad social y el amor a la niñez en el escenario “Siglo XXI” captado por Amarilis Duarte, un “hallazgo” burbujeante en Melvin Mieses, el “canto” cromático y la postura de vivaces cotorras por Domingo Marte.
Hay pues muy buenas fotos que se apoderan del momento único, entregan un mensaje, comunican una visión plural de la dominicanidad. Obviamente, la tarea es ardua para el jurado.

El Concurso de Arte y Literatura del Banco Central, que se desarrolla entre la sede de Santo Domingo y la regional de Santiago, es orgullo para un organismo que, desde su importante pinacoteca, ha sabido asociar el arte a la economía y a su responsabilidad nacional.

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