El Fondo Monetario Internacional (FMI) mantuvo ayer sus previsiones de crecimiento económico mundial en el 3,9%, tanto para este año como para 2019, las mismas cifras que calculaba en abril, a pesar de la escalada en la tensión comercial de los últimos meses, que constituye la mayor amenaza a corto plazo.
En su informe sobre las perspectivas económicas mundiales, publicado ayer, el Fondo indica que su previsión del 3,9% supone una notable mejora respecto al 3,7% de crecimiento mundial alcanzado en 2017 y al 3,2 de 2016, con una expansión que parece haber alcanzado su punto máximo en algunas de las principales economías mundiales, pero que el crecimiento actual se muestra menos “sincronizado».
“Entre las economías emergentes y en desarrollo, las perspectivas de crecimiento también son cada vez más desiguales (…) Las proyecciones de crecimiento han sido revisadas a la baja para Argentina, Brasil e India”, agrega el informe.
El FMI, que sigue proyectando un crecimiento de un 2,9% en los Estados Unidos para este año y de un 2,7% para el próximo, asegura, no obstante, que la expansión económica mundial se presenta “cada vez menos uniforme, con un aumento de los riesgos. En general, para las economías avanzadas el crecimiento sigue siendo fuerte, pero se ha desacelerado en muchas de ellas, incluidos los países de la zona del euro y Japón”.