Si te sientes demasiado ansioso o tenso cuando olvidas el celular en casa, está descargado, dañado o no tiene señal, puede que estés sufriendo de nomofobia.
Se trata de un término acuñado desde hace casi 10 años y que hace referencia a la incomodidad o ansiedad excesiva causada por encontrarse fuera de contacto con el celular.
Así señala la psiquiatra y psicoterapeuta Yasury Borromé, quien explica que esta palabra proviene del inglés “no-mobile-phone-phobia” que se traduce a miedo exagerado o irracional a estar sin el teléfono móvil.
Apunta que las personas nomofóbicas se caracterizan por presentar necesidad de aprobación constante, pobre concepto de sí mismo y deseos de encajar en un medio.
“También están los que manifiestan necesidad de control, de orden, preocupación excesiva, temores constantes, que habitualmente de por sí manejan elevados niveles de estrés o síntomas ansiosos”, dice.
Asimismo, puede aparecer en individuos con pocas habilidades para interactuar de manera personal con los demás.
Síntomas. La especialista en intervención en crisis y trauma, detalla que al momento de encontrarse sin celular por las razones que fueran, las personas nomofóbicas regularmente presentan taquicardia, dificultad para concentrarse, inquietud excesiva, sudoración, enojo, “nerviosismo” o temblores. Incluso, hay quienes pueden tener síntomas físicos como cefalea, mareos, náuseas o visión borrosa.
“Los síntomas son casi característicos de algún trastorno de ansiedad o abstinencia ante una adicción”, señala la doctora Borromé.
¿Quiénes la padecen? La especialista especifica que los que mayormente se encuentran afectados por esta condición son los adolescentes y las mujeres
Pero, ¿por qué? para ella, en los adolescentes está el hecho de la modernidad, que involucra la tecnología a la que este grupo se encuentra más expuesto.
“Al igual, por encontrarse en una etapa de su vida en la que consideran importante y por mantenerse enlazados con sus contemporáneos, aunque esto a su vez habla del tipo de vínculo personal formado con su familia y su entorno”, considera la terapeuta del Centro Vida y Familia Ana Simó.
Respecto a las mujeres, la carencia de afecto y de relación las puede llevar a refugiarse por más tiempo o con mayor fervor al teléfono móvil, pero esto no desestima el alto porcentaje también en los hombres, aunque ellos lo asocian mayormente al aspecto laboral.
Repercusión. Borromé opina que las consecuencias se pueden tomar desde dos vertientes al padecer nomofobia.
Se puede considerar tanto como una adicción con todas las características que engloba el significado de ser adicto, así como un síntoma propio de un trastorno de ansiedad en sí. “Tratándose de un aspecto o de otro, lo que se pone en evidencia es la predisposición a afectaciones mentales como ansiedad, depresión o conductas adictivas”, alerta.

Cómo vencerla. Debido a la modernidad en que nos encontramos, el aislarse de la tecnología no es lo que resuelve el problema, más bien es el buen uso de ésta.
Borromé dice que algunas claves que podrían emplearse para lograr disminuir la condición serían contabilizar y anotar las horas que se dedica al celular y de estas sobrepasar las cuatro horas diarias, tratarlo como una afectación.