Cuando un partido ya lo tiene todo

Cuando un partido ya lo tiene todo

El libro de estrategias que el PLD utiliza para gobernar a los dominicanos debe contener un importante capítulo dedicado a no forjar afectos e identidad con los semejantes que le demandan a los que detentan el poder. Solo acuden a atender esas necesidades en base a sus criterios políticos y de sumisión a sus líneas partidarias. Esto de acuerdo a sus directrices establecidas en un guión muy rígido de cómo gobernar a los que no saben conceptualizar.
Los peledeístas lo tienen todo, pero supeditado a dispensar favores como si el dinero que utilizan fuera de ellos y lo otorgan a su conveniencia e interés político. Sus programas son los que valen. O sus ambiciones personales son las que predominan y aplican sus criterios si a uno de ellos como funcionario de alto rango le toca una porción del pastel. Se creen que pueden disponer a su antojo de todo los relacionado con su dependencia olvidándose del objetivo que es la esencia del partido de servir al partido para servir al país.
El PLD y el gobierno del presidente Medina, en los pasados cinco años, ha implementado novedosos y útiles programas sociales y educativos que han servido para elevar el nivel de la calidad de vida de muchos sectores que vivían y morían sin esperanzas. Pero esa actividad social la llevan a cabo obedeciendo a una estrategia del partido sometido a las directrices de sus genios estratégicos que saben más que todos los dominicanos y ellos creen que conocen los que les conviene a la masa de pobres del pueblo. Ellos hacen lo que juzgan adecuado para aplacar protestas y complacer expectativas.
Las visitas sorpresas fue una acertada innovación del presidente Medina, ya que las 180 realizadas hasta ahora han llevado muchas esperanzas a los sectores rurales y algunos sub urbanos con la concesión de créditos blandos y equipos para emprender inversiones en mini industrias y en la agricultura. Casi todas ya están dando sus beneficios. De esa manera se han aplacado muchas inconformidades las cuales se han concentrado en el Cibao Central, donde el anillo de fuego que rodea a Santiago mantiene en combustión a las comunidades levantiscas que reclaman de todo con la inconformidad perenne de los organizadores de tales malandrinadas. Es poco lo que pueden hacer las autoridades ante un grupo radical que no admite razones y su tarea es alterar el orden atemorizando a los habitantes del progresista Cibao.
Las marchas verdes han colocado fuera de balance al gobierno. Este ha querido reaccionar torpemente ya que ni siquiera han querido, o no se han atrevido a organizar manifestaciones de respaldo a su gestión con las masas de su partido y aliados. Es como si se tratara de algo pecaminoso lo que ellos hacen desde el gobierno que controlan totalmente.
Pareciera que cada político peledeísta o de los aliados como funcionario fuera dueño de la institución para la cual fueron designados. De ahí los descarados actos de enriquecimiento que es ahora cuando se está demandando suprimirlos por una sociedad no maleada, pero asqueada al ver a sus políticos sumergidos alegremente en el lodazal de la corrupción más descarada.
La corrupción campea por sus fueros desde hace décadas y es una costumbre vernácula. Por tanto no es combatida, ya que el ciudadano serio ve la imposibilidad de cambiarle la mentalidad al otro tipo de ciudadano que sueña o aspira llegar a un cargo del gobierno para hacerse a la carrera. La costumbre, desde que los dominicanos se convirtieron en asalariados de los gobiernos desde 1844, fue buscársela para cambiar de nivel social mejorando sus condiciones de vida y ofreciéndole a sus familias mejores casas, ropas, mobiliarios, educación y dinero para gastar en fastuosidades.
No hay dudas que el PLD llegó pobre al poder como una maniobra del doctor Balaguer para no ver a sus rivales del PRSC ni del PRD en el poder, le permitió, a ese desconocido grupo alzarse con la presidencia. En el 2000 casi todos los peledeístas salieron pobres, pero al retornar en el 2004 vinieron con los bríos de completar una tarea inconclusa. Establecieron un entramado y blindado para las maniobras corruptas y la impunidad. Fue la muestra inequívoca de que la honradez del servidor público o del político no se premiaba.
El PLD armó un entramado de un poderosos blindaje para proteger a sus gentes más señeras que sucumbirían a las mieles del poder. Se buscaba que esas gentes no tuvieran percances en el futuro donde se cuestionarían el origen de sus fortunas. Pero no contaron con la avalancha que llegó desde el Brasil, que ha destruido la existencia placentera sin remordimientos de muchos políticos que gracias al PLD son afortunados personajes del mundo social dominicano.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas