El presidente de la República declaró ayer en “estado de emergencia” las provincias de Santiago, Samaná, Duarte y Sánchez Ramírez, que se suman a Puerto Plata, La Vega, Espaillat y María Trinidad Sánchez, que ya son asistidas bajo este régimen de prioridad, para enfrentar los daños causados por las lluvias caídas en la última semana.
Los intensos aguaceros que afectan a todo el norte del país han causado la muerte de cuatro personas, dos adultos y dos menores, y daños considerables a la infraestructura, a la agricultura y a cientos viviendas.
Los niños se ahogaron en comunidades de la provincia Espaillat y los adultos en María Trinidad Sánchez. Los gobernadores no revelaron identidades.
Ante la situación de emergencia, el presidente Danilo Medina se reunió en la mañana de ayer en el Palacio Nacional con los gobernadores provinciales de las siete provincias afectadas, para conocer los daños causados hasta ese momento por las lluvias y examinar el pronóstico meteorológico para los próximos días en esos territorios.
En la reunión participaron los ministros de la Presidencia, José Ramón Peralta; de Obras Públicas, Gonzalo Castillo; de Defensa, Rubén Darío Paulino Sem; el director del Invi, Mayobanex Escoto.
Estuvo la directora de Meteorología, Gloria Ceballos; el administrador de los Comedores Económicos, Nicolás Calderón; la directora del Plan Social de la Presidencia, Iris Guaba, y directivos y personal del Centro de Operaciones de Emergencias (COE), entidad que informó de miles de personas afectadas y muchas inundaciones en lña región Nordeste.
Muertes y otros estragos de las lluvias. El gobernador de la provincia Espaillat, Andrés Diloné Ovalles, dijo que más de 90 viviendas fueron arrasadas y más de 1,500 casas afectadas de manera directa.
Lamentó la muerte de los niños. “El presidente instruyó dar respuestas inmediatas”, informó.
El gobernador Nápole Jiminián expresó que en la provincia María Trinidad Sánchez está inundada por completo la zona agropecuaria, sobre todo en Nagua y Río San Juan, debido a que los ríos están repletos de agua. Tienen 500 familias desplazadas y destrucción de caminos vecinales.
El gobernador de Espaillat, Juan Félix Núñez, manifestó que tuvieron dos fallecidos, tienen 98 viviendas destruidas y 13 puentes colapsados.