La Habana. El Gobierno cubano aprobó una nueva política de financiamientos para proyectos culturales que, entre otras fuentes, permitirá aportes privados y de entidades extranjeras, y otorgará mayor autonomía al sector, informaron hoy medios oficiales.
La nueva política “sobre la asignación de recursos financieros a escritores y artistas para el desarrollo de proyectos culturales» fue presentada ayer por el vicepresidente cubano y titular de Economía, Marino Murillo, en una reunión del Consejo de Ministros que estuvo encabezada por el mandatario Raúl Castro.
La medida mantendrá “las actuales” fuentes de financiamiento de la Cultura, con un origen importante en subvenciones del Estado, pero como novedad permitirá incorporar “aportes de entidades cubanas y extranjeras radicadas en Cuba, así como los de personas naturales cubanas y extranjeras, las formas asociativas sin ánimos de lucro reconocidas por la Ley, y las formas de gestión no estatal».
Todas las contribuciones se realizarán a través de instituciones oficiales del sector, en concreto el Ministerio de Cultura, el Instituto de Radio y Televisión, la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y la Asociación Hermanos Saíz (AHS).
Esos organismos culturales controlarán el proceso al ser los únicos encargados de decidir sobre la asignación y otorgamiento de los financiamientos, teniendo en cuenta “la calidad de la obra, el interés en ella de los institutos y las organizaciones culturales, además de la trayectoria de los creadores».
Murillo, quien es jefe de la Comisión para la Implementación y Desarrollo de las reformas económicas en Cuba, explicó que la medida busca “perfeccionar los mecanismos y las fuentes que garanticen la entrega de financiamiento a proyectos culturales de escritores y artistas, por instituciones y organizaciones de la cultura, sin intermediario».
Según las reseñas publicadas hoy en la prensa cubana, la última reunión del Consejo de Ministros abordó asimismo otros asuntos como el perfeccionamiento del sistema ferroviario, con medidas como ajuste de salarios y la organización de una “Policía Ferroviaria».
El sector ferroviario será concebido “como un sistema paramilitar, caracterizado por una estricta disciplina; con una cadena de mando bien definida, en correspondencia con los niveles de dirección y jerarquización”, divulgó el periódico Granma. Además, mantendrá un “uso de distintivos y uniformes; un reglamento disciplinario único; y los cargos principales se completarán con cuadros de experiencia en el mando y la dirección».