LA HABANA. Los cubanos se preparaban el lunes para una ofensiva contra el flujo de neumáticos para automóviles, televisores de pantalla plana, pantalones de mezclilla y champú en el equipaje de los viajeros, que transportan cantidades exorbitantes de mercancías compradas en el extranjero a una isla donde los bienes de consumo son a menudo de mala calidad, escasos y caros.
Cientos de miles de cubanos y cubano-estadounidenses vuelan hacia y desde la isla cada año gracias a que los gobiernos de Estados Unidos y Cuba han relajado las restricciones a los viajes en los últimos cinco años. Su equipaje registrado con destino a Cuba se ha convertido en un puente aéreo continuo que mueve cerca de 2 millones de dólares en productos que van desde cuchillas de afeitar hasta ollas arroceras.
Las cintas de equipaje en los aeropuertos de Cuba a menudo lucen como si estuvieran exhibiendo el contenido de toda una tienda Wal-Mart o Target. Muchas familias traen remolques especiales para llevar los paquetes de sus familiares que regresan, que a menudo pesan varios cientos de kilos e incluyen artículos como bicicletas y televisores de pantalla plana.
Pero el gobierno de Cuba promulga el lunes nuevas normas destinadas a restringir ese tráfico, al limitar drásticamente la cantidad de bienes que las personas pueden traer a Cuba en su equipaje, o enviar por barco desde el extranjero.
El gobierno cubano dice que las restricciones tienen como fin frenar los abusos que han convertido especialmente el transporte aéreo en un medio para que “mulas” profesionales importen ilegalmente suministros tanto para el mercado negro como para las empresas privadas legales que se supone deben comprar suministros del Estado.
Entre los cubanos, las reacciones han ido desde la preocupación hasta la indignación debido a que su principal fuente de bienes de consumo de alta calidad pueda verse estrangulada. Las normas que entran en vigor el lunes están detalladas en 41 páginas y dan una idea de la cantidad y diversidad de los productos comerciales que llegan en el equipaje registrado.
Los viajeros ahora sólo podrán traer 22 libras (10 kilos) de detergente en lugar de 44; un conjunto de herramientas de mano en lugar de dos; y 24 sujetadores en lugar de 48. Aún se permiten cuatro neumáticos para auto, al igual que dos piezas de muebles para bebés y dos televisores de pantalla plana.
La aduana cubana también prohíbe a los pasajeros traer artículos por un valor superior a 1.000 dólares. En lugar de examinar los recibos, los agentes de aduanas tienen una larga lista para asignar valores preestablecidos a ciertos bienes (250 dólares a una consola de videojuegos, por ejemplo).
Esos precios aumentan considerablemente con las nuevas reglas, de modo que es mucho más fácil alcanzar el límite de 1.000 dólares. Las nuevas normas también aumentan las obligaciones que se deben pagar por las mercancías enviadas desde el extranjero, otra fuente importante de productos extranjeros en la isla.
El gobierno ha justificado las nuevas reglas con ejemplos de mulas prolíficas que incluyen a un pasajero que, asegura, ingresó 41 monitores de computadoras y 66 televisores de pantalla plana en un año.
Bienes por entre 1.700 y 1.900 millones de dólares fueron ingresados a Cuba en el equipaje de los viajeros el año pasado, y el pasajero promedio trajo mercancías por valor de 3.551 dólares, según un sondeo de 2013 a 1.154 viajeros cubanos y cubano-estadounidenses realizado por The Havana Consulting Group, una consultora privada con sede en Florida que estudia la economía cubana.