Cubanos confían en Díaz-Canel

Cubanos confían en  Díaz-Canel

Los cubanos de a pie, preocupados por vivir decorosamente su difícil día a día, acogen hoy sin sorpresas y con esperanzas de que “algo mejore” la ratificación de Miguel Díaz-Canel como nuevo presidente, sucesión que “se veía venir desde hace rato” y que marca el inicio de la era poscastrista en Cuba. “Eso estaba cantado. (Díaz-Canel) ha estado saliendo mucho en el televisor, al lado de Raúl (Castro)”, dijo a Efe Yorjandy, en referencia al frecuente protagonismo del hasta ahora “número dos» del Gobierno cubano en los medios oficiales, visto como una señal inequívoca de su probable ascenso.
Para el joven de 26 años, “no importa quién sea el presidente, mientras haga algo por mejorar esto”, aunque reconoció que “no se le ocurre alguien más” para tomar el testigo de Raúl Castro, que deja la primera línea política tras doce años de mandato.
“Me gustó mucho que en su discurso Díaz-Canel rindiera homenaje a los que lucharon por la Revolución. Que no se olvide lo que hicimos y por qué estamos aquí”, comentó la octogenaria Argelia, quien estuvo “pegada al televisor” para no perderse nada desde su hogar en la barriada habanera de Miramar.
Esta exdirigente sindical se “alegró mucho” por la designación como primer vicepresidente del veterano Salvador Valdés Mesa, de 72 años, un líder de la vieja guardia revolucionaria que refuerza el mensaje continuista del nuevo Gobierno y que estuvo al frente de la Central de Trabajadores de Cuba.
Héctor, un graduado de Física de 56 años que también siguió la señal oficial, coincide con Raúl Castro, quien al cerrar la jornada en la Asamblea auguró el «éxito absoluto” de Díaz-Canel en sus nuevas responsabilidades. “Nadie mejor que él, por algo lo vienen preparando desde hace años”, sentenció tajante.
En las calles de La Habana, donde el calor reina y la “tragedia del transporte te consume”, según Cristina, una maestra de 47 años, la realidad cotidiana se impone y la euforia queda en otro plano, acallada por la “lucha diaria del cubano».
Porque mejorar la situación económica y lograr la anhelada prosperidad para los isleños será el principal reto del nuevo gobernante, y también su mejor baza para obtener el respaldo de una ciudadanía preocupada porque sus bajos salarios apenas les alcanzan, el transporte funciona mal y las viviendas están muy deterioradas. “No pude ver la trasmisión de la televisión, ni el discurso de Díaz-Canel. Esta noche me sentaré a ver la repetición. Yo lo que quiero es que algo mejore, que cambie algo, pero para bien, no que vayamos atrás después de dar dos pasos adelante”, insiste la profesora de español mientras espera un autobús público. Afectada por el cierre virtual de la Embajada de Estados Unidos en La Habana, Cristina desea sobre todo que se normalicen nuevamente las relaciones bilaterales, malogradas por el actual estado de tensión entre ambos países, porque se quedó “con la entrevista pagada para solicitar la visa y ver a la familia de allá».

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