¡Cuidado!

¡Cuidado!

Lo último que necesitamos los dominicanos en estos días es la presencia de instigadores que salgan a las calles de una comunidad a invitar a los vecinos a sacar a extranjeros que viven aquí, documentados o indocumentados. Este es un comportamiento que queda al margen de la ley y de las maneras propias de un mundo civilizado. Algo parecido está ocurriendo desde ayer en Pedernales. Según los videos difundidos en las redes sociales, personas con cierta ascendencia pública desfilaron por calles de aquella apacible comunidad fronteriza dando un plazo hasta las 10 de la mañana de hoy para que los nacionales haitianos abandonen el municipio. Lamentablemente, todo ocurrió sin que autoridad alguna interviniera. La inoperancia ante el imperio de la ley es la peor actitud que puede exhibir una nación. La Gobernación de Pedernales debió intervenir inmediatamente y desautorizar a quienes emplazaron a los haitianos a salir so pena de ellos, los convocantes, sacarlos a la fuerza a partir de la media mañana de hoy. Ningún ciudadano puede aplicar la ley con sus manos. Quien lo haga, no importa su ascendencia social o política, ipso facto se pone al margen de la Constitución y de las leyes adjetivas. Los pobladores de Pedernales deben responder a estos llamados con sensatez y prudencia. Deben dejar que sean las leyes y las autoridades las que establezcan las normas y las que decidan en cada circunstancia. Deben tener mucho ¡cuidado!

MILITARES Y ALGO MÁS

La militarización de Pedernales es una decisión correcta de parte de los altos mandos militares del país, y es la medida que se impone. Sobre todo ante la evidente inacción de las autoridades de la comunidad fronteriza. Necesitamos evitar añadir problemas a los que ya tenemos, y también necesitamos evitar un escándalo que trascienda las fronteras y nos coloque en una situación incómoda ante los organismos internacionales. Por más indignada que esté la gente de Pedernales, tiene que dejar que sea la ley la que hable y la que actúe. Y las autoridades deben garantizarle a ese pueblo que la ley se impondrá. Falta, además, que quienes en Pedernales están desempeñando el peligroso papel de instigadores y agitadores sociales, convocando al pueblo para que haga justicia con sus manos, sean llamados al orden.

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