Las maneras de mesa son los hábitos culturales presentes en el acto de comer. En la Antropología social se analizan desde distintos estudios etnográficos. Uno de los textos clásicos sobre el tema es “El Origen de las Maneras de Mesa” de Levi-Strauss (1975).
Las “maneras de mesa” difieren mucho entre estratos sociales en nuestra sociedad.
En la cultura popular “la mesa” no necesariamente es el lugar de la comida, su uso se reduce al momento en que llegue una “visita”. Se come con el plato en la mano en la cocina, callejón o cualquier espacio.
El ritual del almuerzo asociado a un acto colectivo en el que se “sirve” la comida en la mesa se presenta en los estratos medios altos y altos quienes establecen normas y reglas de protocolo distintas a la cultura popular. Las normas suponen manejos de estilos para: sentarse, asir los cubiertos, uso de distintos tipos de cubiertos y de ingestión de los diferentes alimentos.
En los estratos pobres se prefiere servir directamente de la olla o de la paila, el último en comer se queda con la olla o la paila obteniendo así el con-con con la habichuela o el guiso del salami, sardina, spaguetti o pollo. La carne de res se come escasamente por su costo y ha sido sustituida por salami, picapica, pico y pala, huevos o simplemente se come arroz y habichuelas vacío o víveres.
El único cubierto que se emplea en la comida en los estratos pobres es la cuchara y algunas veces se utiliza la mano. Los pocos tenedores y cuchillos que existen en el hogar están reservados para la visita. Igualmente ocurre con los platos llanos, se prefiere comer siempre en platos hondos aunque no se ingiera caldos.
A la visita se le ofrece “lo mejor” aun cuando esto signifique una reducción de cantidades o privación de ciertos alimentos para el resto de la familia.
Las visitas en los estratos medios no siempre son de agrado, sobre todo si no han avisado previamente. En este grupo social se supone que si se va como invitado/a se debe avisar o esperar a que se le invite a “la mesa” (acto de comer).
En la cultura popular no existe la invitación o la solicitud de permiso para comer. Las puertas siempre están abiertas a quien llegue independientemente de la hora. Esto no significa un trastorno en la vida cotidiana ni en la distribución de los alimentos. En la cultura popular se ofrece todo al visitante, lo que no ocurre en los estratos medios altos donde hay verjas y las puertas están cerradas para quien llegue.